El brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas, la col china, la col rizada (kale), la col lombarda, el colinabo, el romanesco, la coclearia, la rúcula, el berro, el rábano, el colirábano, el nabo y la mostaza, pertenecen al grupo de las crucíferas. Todos estos alimentos tienen una característica en común: gran poder anticancerígeno natural.
¿Qué hace a las crucíferas tan importantes?
Las crucíferas contienen glucosinolatos, compuestos que contienen azufre y que en presencia de la enzima mirosinasa, dan lugar a sustancias como los isotiocianatos y los índoles.
– El isotiocianato sulforafanoes antioxidante y anticancerígeno.A esta sustancia, se le ha reconocido la capacidad de eliminar ciertos compuestos cancerígenos así como la promoción del suicidio de las células cancerosas y el bloqueo de la angiogénesis.
El brócoli es la crucífera que mayor concentración de esta sustancia tiene. Los valores más altos de esta sustancia, se han obtenido en las semillas y los germinados de brócoli de entre 3 y 5 días de desarrollo.
– Índoles, anticancerígeno y regulador hormonal: se ha investigado que este principio activo puede inhibir el crecimiento de los tumores, reducir su tamaño y favorecer la apoptosis (muerte) de las células cancerígenas dañadas. Su influencia positiva sobre las hormonas sexuales, explica los buenos resultados de su uso para tratar el SPM (síndrome premenstrual). Se considera beneficioso frente a varios tipos de cáncer, aunque lo sea sobre todo frente a los tipos de cáncer dependientes de las hormonas como el de mama, matriz o próstata.
Debido a sus propiedades, se recomienda incluir las crucíferas en tu dieta, al menos tres días a la semana.
Cómo consumir las crucíferas
La forma ideal de consumir las crucíferas para que mantengan todas sus propiedades es tomarlas crudas o germinadas.
Aunque como recomienda la Dra. Odile Fernández en su libro “Mis recetas anticáncer”, podemos cocerlas al vapor poco tiempo o bien saltearlas en un wok con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Hay que tener en cuenta que no debemos tomar crucíferas congeladas ni hervidas, ya que tanto la congelación como la ebullición destruyen buena parte de los principios activos beneficiosos que tiene este grupo de alimentos.
Casos en los que hay que tener cuidado con el consumo de crucíferas
– Personas con hipotiroidismo, ya que los isotiocianatos compiten en nuestro organismo por el Yodo, oligoelemento necesario para la síntesis de las hormonas tiroideas, que necesitan las personas con hipotiroidismo.
No se recomienda que tomen crucíferas en exceso. En caso de tomarlas, mejor cocinadas, no en crudo.
– Personas con tratamiento anticoagulante. A los índoles se les ha reconocido la capacidad para aumentar el metabolismo hepático de algunos fármacos (por inducción enzimática). Esto se traduce en una disminución de la vida media del fármaco y su efecto farmacológico.
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