Estas tres bebidas, pueden parecer iguales a primera vista. Pero al adentrarnos un poco en la materia, vemos que no tienen nada que ver entre si.
Llega el calor, y con éste, dejamos a un lado los chocolates calientes, los tazones de café… ahora lo que más nos apetece son bebidas que nos sacien la sed y nos refresquen. Una excelente opción son los zumos, los batidos y los smoothies. A simple vista parecen lo mismo pero no lo son. Veamos en qué se diferencian.
Un zumo es el líquido extraído de las frutas. Es más bien líquido y tiene parte de la pulpa de la fruta, a diferencia del licuado que no tiene nada de pulpa, tan sólo el líquido. A los zumos no se les añade nada más.
El batido sí que incluye la pulpa de la fruta, lo que hace que su consistencia sea más espesa y a veces tengamos que reducirlo con un poco de agua o leche. Se pone la fruta en la batidora, con piel o sin piel, al gusto, y se bate todo. A los batidos sí que se les añade leche o yogur y así obtenemos una consistencia más cremosa.
El batido y el smoothie son muy parecidos, pero la diferencia está en que el segundo tiene un elemento congelado, ya sea helado o yogur congelado o frutas congeladas. Además, si le añadimos trocitos de hielo podremos llamarlo frappe o frozen.
Como curiosidad, deciros que la palabra smoothie proviene del inglés smooth, que significa suave.
Ya veis que para gustos, colores. Sea con leche, con yogur o con hielo, lo importante es tomar una buena dosis de frutas diaria, y los zumos son la mejor manera de hacerlo. Y si se combinan frutas con vegetales, como el apio o el pepino, el resultado es aún mejor.
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