‘Cuando los canales de distribución de cualquier producto no son los adecuados ni están controlados y/o regularizados, se fomenta la aparición de los llamados “intermediarios alternativos”, que consiguen pingües beneficios aprovechándose de los aumentos en la demanda y la oferta. Esta situación se está planteando ahora mismo con los productos ecológicos.’
En España existe una gran producción de eco alimentos, ya que es el quinto país a nivel mundial que mayor superficie destina a su cultivo. Paralelamente en las últimas tres décadas su consumo ha aumentado y a pesar de la crisis, desde 2005 se ha casi duplicado la demanda de este tipo de productos, lo que reporta anualmente unos 1000 millones de euros.
Sin duda, las bases de consumo están más que cimentadas como para que la industria eco alimentaria sea una potente fuente de producción, generadora de mano de obra y un buen negocio para todas las partes involucradas, pero sin los canales de distribución adecuados, esta meta se ve cada día más inalcanzable.
Hoy en día si un español quiere conseguir productos del tipo ecológico, debe necesariamente acudir a establecimientos especializados, ya que no existen otras vías más cómodas y de fácil acceso para adquirirlos.
En cambio en países como EEUU, cuyos habitantes son los mayores consumidores de eco productos del mundo, el noventa por ciento de estos alimentos pueden conseguirse en cualquier hipermercado o supermercado, al igual que los demás productos de corte “tradicional”.
Si se suman la demanda creciente de este tipo de artículos a la dificultad que tienen los compradores para hacerse con ellos, el resultado es la aparición de los llamados “canales piratas”, una serie de intermediarios que se limitan a ejercer la distribución de los mismos sin tener ningún permiso que los acredite para ello y sobre los que nadie ejerce el más mínimo control.
Un estudio serio
Mercabarna presentó recientemente un estudio llamado “Los alimentos ecológicos: tendencias y oportunidades». Su responsable, Ricard Madurell, alertó de esta realidad explicando que si un consumidor busca un producto y no lo obtiene por los canales habituales recurrirá a los alternativos.
Aduciendo que el aumento del consumo de productos ecológicos “no es una moda”, Madurell exhorta a las grandes cadenas de supermercados a sumarse a esta creciente corriente mundial y dado que existe una demanda real, él sostiene que deberían ofrecer a sus clientes este tipo de alimentos. De ese modo se evitaría el “cuello de botella” que implica la desconexión entre el consumidor y el producto y que fomenta la búsqueda medios menos “ortodoxos” para obtenerlos.
Pablo Vilanova, director de Marketing y Estrategia de Mercabarna ha instado a coger al “toro por los cuernos” y que ante este reto, se tomen las medidas necesarias a nivel de los grandes distribuidores españoles, para que por medio de la colaboración y la sinergia “no se les pase el tren” a los implicados.
A favor de la exportación
Sin dudas el mercado externo es una alternativa viable para dar salida a lo que se produce en nuestro país; de hecho el cuarenta por ciento de los productos ecológicos tienen ese destino y los principales compradores (y consumidores) europeos, son los países del norte (Alemania, Noruega, Finlandia, Suecia por nombrar algunos).
Para Madurell esta cifra de exportaciones es realmente aplaudible, pero no cubre la demanda real de estos países en cuanto a este tipo de alimentos y queda mucho camino por recorrer en ese sentido, según ha asegurado a los medios.
Si se implementan mejoras logísticas en los canales que unen al productor local con el exportador, ese apoyo redundará en beneficio de ambos y de esa manera será más fácil satisfacer las demandas de los países consumidores que son una realidad tangible y que hoy es imposible cubrir.
Catalunya acrecienta el consumo y el negocio
Catalunya está a la cabeza en la tendencia al alza de este tipo de negocios a nivel de todo el territorio español, ya que este sector en especial mueve la quinta parte del volumen total de toda España y las perspectivas son de lo más halagüeñas.
Las cifras hablan por sí mismas: en el año 2013 el crecimiento de la facturación de este sector alcanzó los doscientos cien millones de euros, lo que representa un aumento del treinta y ocho por ciento, solo en el territorio catalán.
El consumo interno también está en franco crecimiento. En los tres últimos años se experimentó en Catalunya un aumento sostenido del gasto en productos ecológicos a todo nivel: para muestra basta con tomar las cifras del año 2013: se pasó de cuarenta a ochenta millones de euros.
En resumen, es necesario que se tomen medidas preventivas para que el mercado de los productos del tipo ecológico no sea pasto de especuladores, “piratas” y otros elementos, que se aprovechan de la gran demanda existente, para “hacer su agosto”.