Esta original receta facilitada por Amandín, será una manera distinta de tomar verduras. Aprende a prepararla aquí.
Una original y divertida forma de tomar verduras es como si fuera pasta. Hoy haremos unos falsos spaghetti de calabacín. Ricos, diferentes y crujientes.
Lo más complicado de la receta quizá sea cómo cortar los calabacines para conseguir unos delicados spaghetti. Podéis hacerlo con un rallador, un pelador en juliana o un cortador Spirelli, perfecto para este tipo de cosas. La idea es conseguir unas tiritas finas y largas parecidas a los típicos spaghetti. Aunque podemos hacer tiras más anchas para conseguir tallarines y tiras aún más anchas con las que tendremos pappardelle. Estos últimos son tiras de pasta que acostumbran a hacer de dos a tres centímetros de ancho.
Spaghetti es el vocablo italiano que significa “hilitos” o “cordones”. Se cree que fue Marco Polo quien, en uno de sus viajes a Oriente, trajo de allí los fideos chinos o noodles. Aunque hay documentos que evidencian que este tipo de pasta ya existía en el Mediterráneo mucho antes de que él la trajera de China.
- Hay un texto sirio del siglo IX en el que describe una pasta a base de sémola de trigo, cortada en tiras y secada al sol llamada al-itriya.
- En el siglo XI, en París se mencionan los vermicilli, una pasta con forma de gusanitos.
- En el siglo XII un geógrafo árabe llamado el-Idrisi describió como los sicilianos hacían unas hebras similares a los al-itriya, con las que comerciaban con otros países.
Fuera como fuese su origen, los spaghettti se elaboran, de forma tradicional, con sémola de trigo duro. Pero nosotros, hoy y aquí, vamos a hacer una versión de esta pasta más “verde”, con calabacín.
Acompañaremos los falsos spaghetti con gambas y salsa blanca, y para hacerla utilizaremos nuestra bebida ecológica de Espelta.