“Sin dudas, si hay disponibilidad de ese tipo de productos y el bolsillo lo permite, no hay mejor elección que adquirir la mayor cantidad de alimentos que tengan origen natural, sean cultivados de manera ecológica y no contengan conservantes, colorantes ni pesticidas.”
Desde el momento en el que pones un pie en la tienda de comestibles, te “bombardean” con cientos de indicadores que te incitan a comprar. Un dilema importante que todos experimentamos alguna vez se relaciona con la posibilidad de elegir entre verduras y frutas orgánicas o convencionales.
Las investigaciones sugieren que la agricultura ecológica resulta más segura y más nutritiva. Pero debido a que es más costosa que la convencional, no todo el mundo puede permitirse comprar este tipo de alimentos todo el tiempo. Esta es una lista de los 10 alimentos por los que sí vale la pena siempre, pagar más para que sean ecológicos.
Las manzanas
Una manzana al día es una gran manera de mantener alejado al médico. Eso es porque las manzanas son una gran fuente de fibra que mantiene tu tracto digestivo en óptimas condiciones y tienen un montón de beneficios más.
Por desgracia, se clasificaron lo más alto en la lista de productos que tradicionalmente requieren de plaguicidas. Según el informe del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG/2015), el 99 por ciento de las manzanas convencionales analizadas contenía multitud de residuos de pesticidas.
Los arándanos
Una de las frutas favoritas del verano son susceptibles a poseer trazas de agro tóxicos. Se encontró que estos pequeñitos son capaces de contener más de 50 residuos de plaguicidas diferentes en la piel.
El apio
El apio es una buena fuente de vitamina C, de fibra y de vitaminas del complejo B. Pero cuando vayas a comprarlo trata de encontrar uno que sea orgánico, por que el tradicional puede llegar a tener 64 tipos diferentes de pesticidas.
Los tomates cereza
¿Piensas poner tomates cherry en tu ensalada? Elígelos orgánicos y no te arrepentirás. Esta variedad de tomates según el Programa de Pesticidas USDA confirmó, pueden llevan unos 69 pesticidas diferentes y como se comen con la piel, es difícil quitarlos todos.
El maíz
Alrededor del 90 por ciento del maíz que se encuentran en el mercado actual es de alguna variedad genéticamente modificada. Así que si eliges evitar los transgénicos es importante que te decantes por lo orgánico.
Esto incluye las palomitas de maíz también. El maíz dulce, por otro lado, rara vez es modificado genéticamente por lo que esta puede ser una apuesta segura si vas a comprar el convencional.
Los pepinos
Los pepinos ocupan un lugar prominente en el informe del EWG de alimentos, con más de 86 pesticidas. Así que si es posible, decantarse por lo orgánico es la mejor decisión, pero sino hay opciones al menos hay que eliminar la piel que es la que contiene la mayor parte del residuo tóxico.
Las uvas
Las uvas no solo son deliciosas, sino que ofrecen una variedad de beneficios para la salud, gracias a su aporte de vitaminas y minerales. Por desgracia, en una sola uva se encontraron más de 15 tipos diferentes de restos de plaguicidas.
Los pimientos picantes
Estos pimientos contienen una sustancia química llamada capsaicina, que puede ayudar a aliviar la congestión nasal e incluso a luchar contra el cáncer. Lamentablemente los pimientos convencionales también pueden tener 75 residuos de plaguicidas, incluyendo algunos que resultan cancerígenos y varios neurotóxicos.
Las verduras de hoja verde
Las verduras de hoja verde como la col común, la lechuga, la escarola, las espinacas, las acelgas y la col rizada, entre otras, bien valen la pena que se compren del tipo ecológico, debido a que las hojas ofrecen una mayor superficie para que los plaguicidas se peguen y resulten difíciles se desechar.
Las nectarinas
Una nectarina de tamaño mediano tiene sólo 60 calorías y está llena de vitaminas y minerales muy saludables, incluyendo la luteína, un nutriente que es fundamental para conservar la salud de los ojos y de la piel. Pero también son de las frutas a las que más se les adhieren los pesticidas (más de 33 variedades diferentes).
Una reflexión final
Es bien conocido que las frutas y verduras deben ser lavadas cuidadosamente antes de su preparación en platos cocinados o de su consumo directo. Esta premisa es válida siempre y sin excepción, no importa cuál sea el origen de los productos.
Pero si no podemos comprarlos orgánicos (en cuyo caso al lavarlas solo se les quita algo de tierra y la suciedad normal causada por el trasiego), el cuidado al lavar las verduras y frutas tradicionales debe ser realmente exhaustivo, con el fin de quitar en lo posible, hasta la más mínima traza de los furtivos pesticidas que puedan contener.