La mayoría de los españoles respiran aire contaminado

Publicado el: 26 de junio de 2019 a las 06:44
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La mayoría de los españoles respiran aire contaminado

La ONG apuesta como «única forma» de mejorar la contaminación en las ciudades por reducir el tráfico motorizado, potenciar el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal, así como promover el ahorro energético, mejores técnicas industriales disponibles, cerrar centrales térmicas de carbón, penalizar el diésel y declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo como las del Báltico y el Mar del Norte.

El informe anual señala que las partículas y el dióxido de nitrógeno cayeron en 2018 pero el ozono sigue siendo el contaminante más extendido y sus niveles siguen estacionados o bien aumentaron.



Pese a las abundantes lluvias, el cambio climático y el repunte en la quema de combustibles fósiles mantienen un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos, bosques y espacios naturales.

El informe recuerda que cada año mueren en España hasta 30.000 personas de manera prematura y que los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica superan los 50.000 millones de dólares anuales, el 3,5 por ciento del PIB español, según el Banco Mundial. A esto hay que sumar los daños a cultivos y ecosistemas naturales.



En total, durante 2018 se redujeron los niveles de contaminación atmosférica por partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2 ) –no así por ozono troposférico (O3)–, y «aparentemente» recuperaron la tendencia descendente de estos contaminantes que comenzó en 2008 con el inicio de la crisis económica.

Si se consideran los estándares de la normativa vigente, respiraron aire por encima de los límites legales un total de 14,9 millones de personas, un tercio del total, lo que supone 2,6 millones menos que en 2017 en una extensión de 254.000 kilómetros cuadrados, más o menos la mitad de España, con 42.000 kilómetros menos que hace un año.

Entre las principales causas de esta reducción están las elevadas precipitaciones de 2018 que, junto con la inestabilidad atmosférica, han reducido el número de episodios de contaminación, lo que ha contribuido según la ONG, «de manera importante a mejorar la calidad general del aire».

El invierno y el otoño fueron húmedos y eso sirvió para favorecer la dispersión y la deposición de los contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas). En cambio, pese a las fuertes lluvias primaverales, el prolongado calor estival ha mantenido elevadas los niveles de ozono.

El tráfico, principal fuente de contaminación

El ozono troposférico es el contaminante que afectó a una mayor extensión y población, ya que los niveles siguen estacionarios o incluso al alza por el incremento de las temperaturas medias y las olas de calor del verano.

Las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire afectaron a dos tercios de la población por lo que las considera una «seria amenaza» para la salud.

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