Teresa Ribera ha recordado que hemos avanzado mucho en los últimos veinte años de lucha contra el cambio climático pero ha reiterado que debemos profundizar en los cambios mediante señales coherentes y consistentes con el nivel de ambición que requiere preservar el sistema climático y promover un desarrollo bajo en carbono y resistente a los impactos adversos del cambio climático.
La representante ministerial ha pedido responsabilidad para avanzar en el desarrollo de los Acuerdos de Cancún – Fondo Verde, objetivo de los 2ºC, adaptación. En paralelo, ha insistido en la necesidad de abordar las dos cuestiones que quedaron abiertas en la pasada Cumbre: cómo asegurarnos de somos capaces de alcanzar el nivel de ambición necesario para lograr el objetivo ambiental y cómo avanzar en la forma jurídica que queremos dar al régimen climático que debe gobernarnos en el siglo XXI.
Teresa Ribera ha destacado los compromisos financieros adoptados por España con más de 130 millones de euros en 2010, de los que destacan los 45 millones aportados al Fondo de Adaptación y en 2011, casi 100 millones de euros destinados a facilitar el acceso a energías renovables en países en desarrollo.
Asimismo, ha destacado que debemos extraer dos lecciones de la crisis económica: hacer frente a los problemas cuando todavía hay margen de acción y revisar en profundidad las bases del modelo productivo actual. Por ello, ha reclamado que en Durban se abra un proceso que permita identificar nuevas opciones de mitigación, trabajar en nuevos ámbitos como el transporte marítimo y aéreo internacional, en nuevos gases y, sobre todo, en estrategias más ambiciosas por parte de todos los países.
Igualmente, ha pedido determinación para abordar la evolución del régimen climático internacional donde todos los países asuman compromisos, de distinta naturaleza, pero con un grado equivalente de vinculación jurídica. Ha reconocido que hará falta un proceso de transición hasta formalizar el nuevo sistema, pero ha reclamado que en Durban se apruebe una hoja de ruta bien trazada que refleje cuál va a ser el resultado de este proceso y de qué manera participarán los principales países emisores.
También ha señalado que los gobiernos nacionales y subnacionales, ciudades, sectores económicos y sociedad civil tienen que desempeñar un papel protagonista y complementario en el impulso de nuevos ámbitos de reducción de emisiones.
Finalmente, ha recordado que España como país miembro de la Unión Europea, está convencida de que este nuevo marco tiene que construirse sobre las bases de la experiencia adquirida con el Protocolo de Kioto, una arquitectura firme, sólida y predecible, que dé el marco regulador adecuado para que se acometan las inversiones necesarias en el medio y largo plazo, asegurando una transición justa hacia el nuevo modelo industrial y energético que necesitamos.
Y ha agradecido al Gobierno de Sudáfrica su compromiso y esfuerzo para liderar este proceso de manera incluyente y respetuosa con todas las posiciones.