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viernes, junio 9, 2023

La salmonicultura chilena mejoró, pero aún no es sostenible

“Greenpeace advierte del desastre ambiental que se padece en Chile debido a la «piscicultura tóxica» y destaca que su industria salmonera debe demostrar su compromiso con la sostenibilidad ambiental, si quiere seguir siendo competitiva en el mercado pesquero mundial.”

El círculo vicioso de las bacterias y los antibióticos

Los mares chilenos se han ganado la reputación de ser el segundo de los centros de producción del salmón más grandes del mundo, detrás de Noruega. Sin embargo, las advertencias ambientales de los conservacionistas llaman la atención sobre el uso masivo de antibióticos y de productos químicos tóxicos, que se utilizan en las granjas piscícolas.

El uso de productos químicos se ha intensificado en Chile, particularmente desde el devastador brote de Anemia Infecciosa del Salmón (ISA, por sus siglas en inglés) de 2007, que fue la primera vez que la industria chilena del salmón se vio afectada por esta enfermedad y resultó en la contaminación y posterior cierre de múltiples instalaciones, con casi dos mil empleados despedidos.

 

Para aumentar la ruina causada por el ISA, la industria chilena del salmón se ha visto atacada por la proliferación de otro mal, conocido como Síndrome Rickettsial de Salmón (SRS), causada por la bacteria Piscirickettsia Salmoni, que recientemente ha devastado enormes poblaciones, provocando hemorragias que llevan a la muerte a los peces infectados.

El control de enfermedades se ha convertido en sinónimo del uso de fármacos antibacterianos. A medida que los piscicultores han introducido concentraciones crecientes de antibióticos, las bacterias acuáticas han desarrollado niveles preocupantes de resistencia, obligando al uso de mayores cantidades, como contramedida.

 

Queda mucho por mejorar

No hay evidencia de este tipo de bacterias resistentes a los medicamentos pueda pasar a los consumidores de salmón, pero el impacto ambiental es catastrófico y los compradores lo saben. La preocupación en los Estados Unidos ha llevado a algunas cadenas a eliminar gradualmente las importaciones de salmón chileno, lo que ha influido gravemente en las exportaciones del país.

La subdirectora del Servicio Nacional de Pesca, Alicia Gallardo, declaró que se han introducido regulaciones sanitarias más estrictas después de 2007 y que éstas han obligado a los productores chilenos de salmón a proteger sus poblaciones de peces del uso de niveles crecientes de antibióticos.

 

Es una realidad irrefutable que las normas de la salmonicultura chilena han mejorado en los últimos años. Pero como argumenta la colaboradora de Oceana, Justine Hausheer: “este no es todavía el momento de celebrar” y agregó que: “es justo decir que la cría de salmón es mejor de lo que solía ser, pero es que lo de antes resultaba horrendo para el Medio Ambiente, la biodiversidad y los consumidores».

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