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lunes, septiembre 25, 2023

México se debate entre los beneficios del fracking y los riesgos del metano

“México está en transición hacia la explotación comercial del gas de esquisto, en un momento en que el país tiene graves dificultades para prevenir y reducir las emisiones industriales de metano, para ello ha impuesto una nueva normativa de regulación y control.”

¿Más metano?

El aumento de las emisiones de metano, que es mucho más contaminante que el dióxido de carbono (CO2) y que se emite a lo largo de toda la cadena de producción, amenaza los objetivos climáticos adoptados por México en el Acuerdo de París.

Al abstenerse de producir combustibles no convencionales (como el gas de esquisto), el gobierno está abriendo parcialmente el sector energético, a la participación de la empresa privada para abastecer las necesidades de gas industrial del país.

 

La reforma energética de México, introducida en agosto de 2014, abrió la explotación, el refinado, la distribución y la venta de hidrocarburos, así como la generación y venta de electricidad, al sector privado, nacional y extranjero.

Un análisis de 137 depósitos, en 41 países por parte de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) coloca a México en el sexto lugar en el mundo, en cuanto a reservas de gas de esquisto técnicamente recuperables, detrás de China, Argentina, Argelia, Estados Unidos y Canadá.

 

El peligroso fracking

En los depósitos de gas de esquisto, las moléculas de hidrocarburos están atrapadas en rocas sedimentarias a enormes profundidades. Se deben inyectar grandes cantidades de una mezcla de agua, arena y aditivos químicos, que son perjudiciales para la salud y el Medio Ambiente, para recuperar el gas y el aceite de esquisto.

La técnica de «fracking» utilizada para liberar gas y petróleo deja grandes volúmenes de residuos líquidos, que deben ser tratados y reciclados para recuperar el agua contaminada, así como emisiones muy significativas de gas metano.

 

Nueva normativa

En marzo, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección del Medio Ambiente, encargada de regular el sector de hidrocarburos, publicó un paquete normativo sobre explotación y extracción de reservas no convencionales.

Las regulaciones identifican los riesgos de fracking: fugas de fluidos, aumento de la demanda de agua, contaminación causada por las emisiones de metano y otros compuestos orgánicos volátiles, contaminación causada por la liberación de sustancias tóxicas y por el retorno de fluido inyectado.

 

Los estudios previos indican que del 15 al 80 % del fluido empleado en el fracking vuelve a la superficie, dependiendo del pozo. En cuanto a los contaminantes atmosféricos, se mencionan varios, como: los óxidos de nitrógeno, el benceno, el tolueno, el metano y el CO2.

Se imponen rígidas medidas aplicables a las empresas, como la verificación del sellado de pozos, la aplicación de procedimientos para evitar fugas de gases y la divulgación de la composición de los fluidos de perforación. Se prohíbe la ventilación de gas y la quema del mismo, estará restringida a determinadas circunstancias.

 

El gobierno mexicano confía en que esta nueva normativa sea eficaz, para que el fracking no resulte perjudicial para el Medio Ambiente y sea posible prevenir el aumento de la contaminación por metano, que ya es un grave problema para este país.

REDACCION/ECOAMERICA.COM

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