Sin embargo, Panamá —aunque a pasos pequeños— está queriendo darle vuelta a esta tendencia: dos proyectos privados surgen como alternativas a la generación de energía eléctrica con ‘ideas limpias’.
El uso de energías limpias representa una respuesta ante la dependencia de escasos tipos de generación de electricidad. Ante la dependencia nacional por generar electricidad principalmente a través de dos tipos de energía —hidroeléctrica y termoeléctrica—, los problemas surgen cuando los efectos del cambio climático acechan.
Sin embargo, Panamá —aunque a pasos pequeños— está queriendo darle vuelta a esta tendencia: dos proyectos privados surgen como alternativas a la generación de energía eléctrica con ‘ideas limpias’.
Gracias a la Red de Asesoría y Financiamiento Privado (PFAN, por sus siglas en inglés) y la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), que crearon el Foro Financiero del Programa PFAN, estos proyectos fueron dos de tres elegidos de una decena de ideas de energía sostenible en toda Centroamérica y el Caribe que concursaron para poner sus ideas en ejecución.
Fernando Revuelta, directivo de la PFAN, es de los que sostiene que muchos de los problemas que existen en materia de energía eléctrica en Panamá se deben a que en el país ‘se están colocando todos los huevos en la misma canasta’. Y no lo dice en vano: 816. 08 MW de capacidad instalada se reparten en ocho centrales hidroeléctricas, mientras que 808. 1 MW se distribuyen en nueve centrales termoeléctricas en el país.
Por eso, se ha abocado a lo largo de los últimos meses a dar a conocer estos dos proyectos nacionales en el Foro Financiero celebrado en la ciudad hondureña de San Pedro Sula el pasado 24 y 25 de abril, en donde compitieron frente a 10 proyectos finalistas de toda la región y el Caribe.
CONOCIENDO LOS PROYECTOS
El primero de los proyectos panameños trata de una miniplanta hidroeléctrica que buscará generar un (1) megawatt (MW). El ‘ Aprovechamiento hidroeléctrico Los Trancos’ estará situado en la quebrada que lleva el mismo nombre, ubicada en el corregimiento Santa Fe de la provincia de Veraguas. El ingeniero panameño Carlos Fernández MacNair es el responsable de este proyecto desde su concepción, cuyo costo se estima en $3. 5 millones.
Según MacNair, esta presa, que no sobrepasará los 5 pies de altura, cuenta con la concesión otorgada por la Autoridad Nacional de Servicios Públicos (ASEP) por 50 años, al igual que el estudio de impacto ambiental por parte de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y los terrenos necesarios para ponerla en marcha.
Uno de los valores agregados que poseen este tipo de ‘minihidroeléctricas’ es que como no tienen embalse y no pueden guardar agua, todo lo que producen será vendido, explica Revuelta.
El otro proyecto panameño busca captar energía eléctrica a través de paneles de captación fotovoltaica. Panasolar, S. A. , presentada por el italiano Enrico Desiata, espera generar 10 MW desde la provincia de Coclé.
Este proyecto —estimado en un costo de 15 millones de dólares— está a la espera del aval del estudio de impacto ambiental de la ANAM, al igual que por el otorgamiento de la licencia provisional para la generación de energía eléctrica por parte de la ASEP.
Desiata señala que aunque el principal producto que genere —10 MW— sería vendido a alguna fábrica o, como destacó en sus palabras, ‘a algún cliente grande’, apuntó que beneficiaría también a la población más cercana.
Y el tercer proyecto también ganador, proveniente de Honduras, se trata de ‘Ecoeficiencia’, un programa de aprovechamiento del aserrín y otros desechos de la madera para fabricar ‘briquetas’ —especie de ladrillos compuestos por desechos de madera c omprimidos— y que se usarán como combustible, en lugar de la madera tradicional, para entonces cortar menos árboles. Sin duda, se trata de una idea replicable.
FUTURO DE LOS PROYECTOS
Luego de haber expuesto su proyecto ante casi un centenar de expertos en el campo de la energía eléctrica, inversionistas, banqueros, promotores, consultores, los proyectos panameños están un poco más cerca de su ejecución.
Para Fernando Revuelta, quien ofreció apoyo desde hace varios meses a estas dos propuestas panameñas —y a otras ocho más que no llegaron a la final en Honduras—, lo importante de todo esto es que ‘pequeños promotores se animen a hacer proyectos de este tipo renovable, con un impacto ambiental favorable y que no se dependa de grandes megaproyectos que tienen mucha gente en contra y son difíciles y complicados de realizar’.
Agrega que si bien es cierto que estos 11 megawatt nuevos que ingresarán a la energía panameña en el futuro cercano no solucionan directamente los 100 megawatts nuevos que requiere el país anualmente, para el animado de Revuelta ‘al go es algo’.
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