La contaminación en el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, situado a más de 3800 metros, cuya propiedad y responsabilidad de gestión es compartida entre Bolivia y Perú, ha avanzado a tal punto, que en sus zonas menos profundas la pesca es casi inexistente a causa de la extrema contaminación que padece.
Estas circunstancias han provocado la migración de pobladores por la degradación de los ecosistemas circundantes, que se ve agudizada por el cambio climático y según los expertos esta es una situación tan grave, que es posible que ya no se pueda revertir.
Titicaca: el lago más alto del mundo
Bolivia no puede esperar más de diez años sin frenar el avance de la contaminación en la parte menor del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo situado a 3.809 metros de altitud que comparte con Perú, bajo el riesgo de que una degradación mayor de sus aguas sea técnicamente imposible de revertir.
La urgencia es hacerlo lo más rápido posible y evitar que la contaminación continúe, no vamos a poder esperar más que una década, dijo Xavier Lazzaro, investigador ambiental de la Autoridad Binacional del Lago Titicaca (ALT).
Lazzaro presentó el estudio ‘Propuestas para salvar el lago Titicaca’, que hace énfasis en la degradación del lago menor, la parte menos profunda y más vulnerable del espejo de agua, de alrededor de 2.000 kilómetros cuadrados, que está separado por el estrecho de Tiquina de los restantes 6.000 kilómetros cuadrados del lago mayor, el sector más profundo.
El punto sensible es la bahía de Cohana, en la que desemboca el río Katari, que a su vez aglutina los afluentes que atraviesan la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, la segunda ciudad más poblada del país, con cerca de un millón de habitantes.
El río Katari arrastra en sus aguas los residuos humanos, industriales y mineros que genera El Alto y las poblaciones circundantes, que han llegado lago adentro con signos de oscurecimiento del agua, aparición de algas, merma de peces y la resina que se acumula en el fondo y afecta a los totorales. No todo el lago está en riesgo, sino la franja litoral del lago donde hay actividades humanas, ciudades grandes, actividad agrícola, ganadería, industrias, minas, todo eso contribuye al deterioro ambiental, precisó.
Se acaba el tiempo para el Titicaca
Lazzaro mencionó que El Alto ha crecido sin control, con industrias dispersas que lanzan sus desechos a los ríos, sin que todas esas sustancias puedan ser tratadas por la única planta especial que solo tiene condiciones para tratar el fósforo e hidrógeno. Lo más importante es atacar la fuente, el fósforo, eso hay que evitar que llegue al lago de cualquier manera posible, remarcó.
El investigador hizo énfasis en la importancia que se culminen las 14 plantas de tratamiento que complementarán el trabajo de la estación principal, a las que se podrían sumar miniplantas del tamaño de los contenedores que se utilizan en los barcos, que son móviles y podrían desplazarse según las necesidades.
También mencionó la posibilidad de construir un gran canal antes de que el agua contaminada llegue al lago y que sea reconducida a plantas de tratamiento, además de la creación de lagunas poco profundas para plantar totorales que filtren la contaminación.
No tenemos mucho tiempo, si más tiempo se espera, más costoso va a ser el tratamiento y va a llegar un momento en que va a ser técnicamente imposible actuar, remarcó. Otro elemento que resaltó es evitar que El Alto se siga expandiendo en dirección al lago Titicaca, por lo que propuso la elaboración de una planificación para controlar la expansión de dicha ciudad.
Asimismo, planteó el modelo de un turismo responsable en el que los visitantes sean capaces de aportar económicamente para la manutención y cuidado del lago, el Titicaca es considerado un sitio sagrado para las comunidades indígenas aledañas. Lazzaro citó casos exitosos de los lagos Lemán (Suiza) y Paranoá (Brasil), que lograron recuperarse después de algunas décadas, tras la implementación de acciones correctivas de mitigación ambiental.
Este lago es un espacio considerado por los indígenas como sagrado, que debe ser objeto de acciones regenerativas perentorias, en lo posible basadas en casos de éxito que ya se han registrado en Brasil (Paranoá) y en Suiza (lago Lemán), antes de que el deterioro sea tan significativo, que no pueda revertirse. EFE / ECOticias.com