La fragilidad de las localidades con actividades pesqueras ribereñas en el sur de México, enfrentan una serie de amenazas que ponen en riesgo la sustentabilidad de esta práctica. Buen ejemplo de ello es la catástrofe ambiental que ha sufrido la laguna de Tres Palos, en el estado mexicano de Guerrero.
Los peces, de los que viven miles de pescadores de la zona, han muerto de forma masiva a causa de los altísimos niveles de contaminación a los que está sometida la laguna, en la que no solo se pesca, sino que se realizan actividades de acuicultura, que también se han visto afectadas por el evento letal.
Mueren más de 12 especies de peces
La mortandad de más de una decena de especies acuáticas afecta desde hace semanas a la Laguna de Tres Palos, en la zona Diamante de Acapulco, en el sur de México, según denuncian pescadores y acuicultores, quienes atribuyen el fenómeno a contaminación y descargas residuales.
Los pescadores del poblado Plan de los Amates, en el sureño estado mexicano de Guerrero, dijeron que desde hace dos semanas se agravaron los reportes de muertes de una variedad de peces, como el robalo, pargo, lisa, camarón, tilapia, carpa, cuatete, entre otros. Lo anterior ha devastado sus medios de vida junto a 7.500 familias directamente implicadas, y otras 15.000 de forma indirecta, según líderes locales.
La pérdida económica supera los millones de pesos, y los afectados demandan intervención urgente de autoridades y expertos ambientales Además, señalan que lo han perdido todo, tanto los peces de producción, en jaula y engorda, como los que ingresaban con las aperturas de las lagunas y ríos.
Entre los afectados está Óscar de Jesús Fernández, dedicado a la pesca y acuicultura desde hace 30 años y quien declaró haber perdido cerca de 1,5 millones de pesos (unos 75. 000 dólares) en los últimos tres años por estos fenómenos. «No fui el único que perdió, mis demás compañeros perdieron mucho porque ellos invertían más, yo trabajaba solo e invertía a manera de que me diera tiempo, pero tengo compañeros que perdieron más», contrastó.
¿Qué dicen las autoridades?
Las autoridades, por su parte, han atribuido el desastre a la temperatura del agua que llegó a 34 °C, lo que, según precisaron en un comunicado, supera el rango tolerable de las especies, de 28 a 30 °C, reduciendo drásticamente los niveles de oxígeno disuelto, especialmente en zonas de remanso como Plan de los Amates.
Investigaciones recientes y pasadas mostraban desde hace años una elevada eutrofización, pérdida de manglares, presencia de metales pesados, como plomo y cadmio, bajos niveles de oxígeno y contaminación fecal, física y química.
Desde 2008 ya se documentaba que la urbanización desordenada y descargas contaminantes ponían en riesgo el equilibrio ecológico de la laguna. «Sí hay contaminación, yo siento que es por las casas que están haciendo pegadas a la laguna, están haciendo muchas construcciones y todo viene a dar aquí, no hacen su tratadora de agua», afirmó Fernández.
Gustavo Cruz Nava es otro pescador con 40 años dedicados a la Laguna de Tres Palos, menciona que desde hace varias semanas descubrieron que el pescado olía a combustible, por lo que dejaron de comercializarlo y consumirlo.
Su situación, según dijo, lo obliga a buscar un trabajo, de lo que sea, de albañil o algo, una chamba (plaza) que haya, no va a quedar de otra». Los pescadores demandan la intervención de biólogos, ecólogos y autoridades para evaluar la laguna, restaurar manglares, fortalecer el tratamiento de aguas residuales y regular desarrollos urbanos.
Después de acudir a la inspección de la laguna de Tres Palos, en la cual aparecieron cientos de peces muertos, las autoridades reiteran que la causa de este fenómeno fue la elevada temperatura del agua y que esto provocó la disminución del oxígeno. Una versión con la que los pobladores y pescadores del área no están en absoluto de acuerdo. EFE / ECOticias.com