Las ballenas yubarta o jorobadas (Megaptera novaeangliae) han arribado a las costas colombianas del océano Pacífico. Este es un espacio en el que gracias a las cálidas aguas y a al estado de protección del que disfrutan, las madres aprovechan para jugar con sus crías y transmitirles importantes conocimientos.
Han llegado desde las lejanas aguas del sur, prácticamente en la Antártida, tras recorrer más de 8500 kilómetros para cumplir con el ciclo reproductivo y en cuanto las crías están listas les enseñan a moverse en el agua, a coletear, sumergirse o agitar la cola.
Ballenas yubarta en el Pacífico colombiano
En las aguas del Pacífico colombiano una danza forma un espectáculo en el océano. Las ballenas yubartas, también conocidas como ballenas jorobadas, disfrutan de las cálidas aguas de esta región del mundo para enseñar a sus crías los primeros coletazos que les ayudarán a sobrevivir.
Como si se tratara de una sola cuna gigante, los enormes mamíferos viajan más de 8.500 kilómetros desde la Antártida y el sur de Chile hasta las aguas del Parque Nacional Uramba Bahía Málaga para dar a luz a sus ballenatos y mostrarles movimientos que les quedarán para toda la vida.
Según Marco Antonio Suárez, director de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), autoridad ambiental encargada de salvaguardar la fauna silvestre, cada año aumentan los avistamientos de ballenas en la región.
Ellas vienen a cumplir su ciclo reproductivo, un espectáculo único que nos recuerda la riqueza del Pacífico. Son animales que hoy suman apenas 20.000 ejemplares en el mundo, lo que nos obliga a cuidarlos con mayor responsabilidad, indicó Suárez. En las cálidas aguas colombianas, las ballenas hacen piruetas y otros movimientos que les permiten a los más pequeños aprender a aletear y mover la cola, un espectáculo sin igual de la naturaleza.
Pueden medir entre 12 y 16 metros de largo y pesar más de 36 toneladas. Verlas es maravilloso, por eso nuestro compromiso está en cuidarlas, respetarlas y promover un equilibrio entre la conservación de la fauna silvestre, la protección de los ecosistemas marinos y el fortalecimiento del turismo responsable en el Pacífico, agregó el director de la CVC.
Enseñando a las crías
Para Jhon Janio Álvarez, director de Destino Pacífico, una de las más importantes agencias de turismo sostenible en el suroeste del país, las ballenas transforman la vida de quienes viven en la costa, dinamizan la economía e impulsan el cuidado de la naturaleza.
Buenaventura (ciudad portuaria) vive una era como nunca antes se había visto de turismo emergente, de aventura y comunitario. Esta es la primera cadena productiva que más genera ingresos a las comunidades, que cada vez somos más conscientes del cuidado a los recursos y el amor por las ballenas, indicó Álvarez.
Lancheros, hoteles, restaurantes, artesanos, cantores de música tradicional y conductores se benefician por este espectáculo natural que atrae a más de 50.000 turistas en la temporada de julio a octubre. Para esto, la CVC es enfática en sus recomendaciones para un avistamiento de ballenas responsable, tales como mantener una distancia mínima de 200 metros, poner en neutro el motor de las lanchas cuando estén cerca y nunca arrojar plásticos ni residuos al mar.
Un maravilloso espectáculo natural
Lo más valioso es que los mismos lancheros locales han ido asumiendo estas prácticas, y hoy se han convertido en aliados. Ellos entienden que proteger a las ballenas significa también proteger su futuro y el de sus familias, agregó Suárez.
La temporada de ballenas en el Pacífico, cerca de Buenaventura, terminará el 15 de octubre con el Festival de Marimba y Playa, un espacio único que reúne a comunidades y turistas en las playas de la localidad de Juanchaco.
Es un tributo con música de marimbas y tambores para esos animales que nos alegran la vida y transforman nuestro territorio, es una forma de desearles un feliz viaje de regreso a la Antártida, concluyó el director de Destino Pacífico.
Ajenas al espectáculo que su ‘actuación’ implica para los humanos, las ballenas realizan todo tipo de piruetas para que las camadas las vean e imiten los movimientos que les servirán de por vida para recorrer los mares migrando de norte a sur y viceversa según la época del año. EFE / ECOticias.com