En su Ponencia, Cendagorta destacó la exponencial reducción del coste de las instalaciones en los últimos años, pasando de 5 millones de euros por MW de potencia a 1,5 m aproximadamente
una política energética “largoplacista” que evite los “efectos llamada” y promueva una inversión sostenida.
Respecto al déficit actual, Cendagorta explicó que éste supone la diferencia entre la tarifa al consumidor y los costes “reconocidos” de generación y distribución, cargando fuertemente el coste en la distribución donde no es posible la competencia y dando un porcentaje muy bajo a la comercialización, evitando así la entrada de otras empresas distintas a las tradicionales. Si los consumidores hubiésemos pagado los costes “reconocidos” de generar y hacer llegar la electricidad a todos los consumidores, no se hubiese creado ningún déficit.
Uno de los puntos sobre los que debatieron los expertos, representantes de todos los sectores implicados, órganos reguladores y administraciones, fue la urgencia de regular el procedimiento de autoconsumo o balance neto, como vía alternativa para el establecimiento de pequeñas instalaciones en generación distribuida. El pasado mes de marzo, la CNE publicó su informe a la propuesta de Real Decreto sobre el mecanismo de balance neto, haciendo hincapié en la necesidad urgente de revisión de la estructura de los costes de la tarifa eléctrica.
Como sistemas de integración de las energías renovables en el mercado, se mencionaron las subastas de capacidad o el sistema de certificados verdes, puestos en marcha en otros países con buenos resultados. En un sistema eléctrico como el actual, en el que existe un déficit tarifario de 24.000 millones de euros, urge el establecimiento de sistemas que faciliten la autofinanciación de este tipo de instalaciones.
Por último, se resaltó que a la hora de buscar financiación para proyectos de energías limpias, actualmente se están buscando no solo condiciones económicas sino también sociales. Este
tipo de proyectos están siendo socialmente rentables en lugares en los que no existe conexión a la red eléctrica y se benefician de sistemas aislados.