Bajo un antiguo cráter en la frontera entre Nevada y Oregón, Estados Unidos acaba de toparse con el premio gordo de la geología moderna. ¡Un supervolcán dormido escondía el mayor secreto energético del siglo! Se trata de un depósito de arcilla rico en litio que podría valer 1,5 billones de dólares. Una noticia que llega justo cuando el mundo grita desesperado por baterías y que podría cambiar el tablero de juego geopolítico para siempre.
Los científicos creen que este paisaje, aparentemente silencioso y desértico conocido como la Caldera McDermitt, alberga entre 20 y 40 millones de toneladas métricas de litio. Para que te hagas una idea de la magnitud: es potencialmente el depósito más grande jamás identificado en la Tierra, superando incluso a los famosos salares de Bolivia.
El hallazgo ha sacudido los cimientos de la minería global. Si las estimaciones del estudio publicado en Science Advances son correctas, Estados Unidos no solo dejaría de depender de China, sino que podría dominar el mercado de las baterías durante décadas. Es el equivalente energético a encontrar una segunda Arabia Saudí, pero del “oro blanco”.
Un supervolcán que “cocinó” litio durante millones de años
La historia de este tesoro comenzó hace unos 16 millones de años. Una erupción colosal vació una cámara de magma, creando lo que hoy llamamos una caldera. Pero la magia ocurrió después. Un lago ocupó el cráter y, gracias a la actividad hidrotermal (agua caliente rica en minerales que circulaba por el subsuelo), las arcillas del fondo se enriquecieron de una forma nunca vista.
Según explica Thomas R. Benson, geólogo de Lithium Americas Corporation, el proceso químico fue único. El lodo del lago se transformó primero en esmectita y luego, gracias al calor extremo, en illita, una arcilla especial que atrapa el litio en concentraciones dobles a lo habitual. En la zona de Thacker Pass, esta capa se encuentra casi en la superficie, lo que facilita enormemente su extracción a cielo abierto.
Este descubrimiento es crucial porque la demanda mundial de litio se multiplicará por ocho para 2040. Sin este mineral, la transición energética se estanca. Es curioso ver cómo, mientras algunos científicos prometen un futuro donde los coches funcionen con aire, la realidad industrial sigue excavando la tierra en busca de metales críticos.
¿Destruir naturaleza para salvar el clima?
Aquí es donde la historia se complica y el brillo de los 1,5 billones de dólares se opaca un poco. Extraer este litio no es inocuo. Requiere triturar la arcilla y lavarla con químicos agresivos (lixiviación ácida), un proceso que consume agua y genera residuos. Las comunidades locales, tribus nativas y ganaderos ya han alzado la voz: temen por sus manantiales y lugares sagrados.
Nos enfrentamos al gran dilema de nuestro tiempo. Los defensores argumentan que una sola mina gigante en Estados Unidos es “menos mala” que muchas pequeñas dispersas. Sin embargo, la preocupación es real. No sería la primera vez que la fiebre minera deja cicatrices imborrables, algo que ya hemos visto con la “salvaje” extracción de litio que seca el desierto de Atacama. La química del supervolcán McDermitt es un regalo geológico, sí, pero su explotación definirá nuestra ética ambiental. ¿Vale todo por tener baterías baratas?
Lo que ha quedado claro tras el estudio de la Caldera McDermitt es que los geólogos tienen un nuevo modelo de búsqueda. Ahora saben que deben buscar cuencas volcánicas cerradas con historias de “resurgimiento” magmático. Este depósito ha reescrito los libros de texto sobre dónde se esconden los minerales críticos.
Mientras Estados Unidos celebra este hallazgo millonario, es vital recordar que la tecnología avanza rápido. Quizás en el futuro no dependamos tanto de estas excavaciones masivas, pero hoy, la realidad es que nuestras tecnologías “verdes” tienen un origen muy gris y polvoriento.
En definitiva, este supervolcán ha despertado el interés de todo el planeta. Una noticia casi tan impactante como cuando supimos que Estados Unidos ya estaba encontrando yacimientos de litio en los lugares más insospechados.













