Hoy 15 de junio es el Día Global del Viento 2024, una fecha que se creó con el objetivo de fomentar el uso de un tipo de energías renovables: la energía eólica, como forma de ayudar a la humanidad a romper con su dependencia de los combustibles fósiles, especialmente a la hora de producir electricidad.
La energía eólica ha sido explotada por el ser humano durante siglos. Gracias al progreso tecnológico, ahora es posible producir electricidad “verde” sin utilizar recursos fósiles. Centrarse en su funcionamiento y sus perspectivas de desarrollo y los desafíos que aún quedan por superar es uno de los objetivos del Día Global del Viento 2024.
Aunque la producción de electricidad a partir de aerogeneradores se remonta a finales del siglo XIX, fue en los años 70, tras las primeras crisis producidas a causa del petróleo, cuando los aerogeneradores terrestres adquirieron una nueva dimensión, especialmente en Dinamarca. Es el mismo país que instaló el primer aerogenerador marino en 1991.
En el Día Global del Viento 2024 es fundamental recordar también que el término eólica, con el que se denomina a esta energía renovable, proviene de Eolo, que es el nombre que los griegos le daban a su Dios de los Vientos
Día Global del Viento 2024: hablemos de aerogeneradores
Un aerogenerador es un aparato que permite convertir la energía cinética que se encuentra en el viento en energía mecánica. Y a su vez, esta se transforma en electricidad. La energía eólica se produce gracias a la fuerza que ejerce el viento sobre las palas de los aerogeneradores, que están unidas a un rotor. Estas enormes máquinas se instalan en grupos que se denominan parques de aerogeneradores.
Los aerogeneradores más comunes tienen un rotor unido a tres palas que giran alrededor de un eje horizontal, esto les permite un ‘barrido’ que varía entre los 80 a los 200 metros. Esto depende del largo de las aspas, que cuanto mayor sea, implicará una producción mayor de electricidad.
A medida que gira, el rotor impulsa un generador que es el que produce la energía eléctrica y requiere una velocidad de rotación que puede variar entre las 1.000 y las 2.000 rpm (revoluciones por minuto). En cambio, el movimiento de las aspas es mucho más lento: entre 5 y 25 rpm.
En muchos aerogeneradores, es necesaria la instalación de un multiplicador entre el rotor y el generador para aumentar la velocidad de rotación. Los aerogeneradores más modernos son de accionamiento directo, por lo que sus generadores tienen una velocidad de rotación variable de 5 a 2000 rpm, por lo que no necesitan multiplicador.
El conjunto que conforma el generador y el multiplicador se llama góndola y se instala en la cima de mástiles que pueden tener entre 50 y 200 m de altura. Y cuentan con un sistema que orienta las palas y el rotor para que siempre estén enfrentados a las corrientes de aire.
Las turbinas eólicas tienen topes en su funcionamiento que dependen de la velocidad del viento. cuando estos superan los 90 Km por hora, los aerogeneradores se detienen de forma automática con el fin de evitar accidentes. La energía eléctrica que produce es transportada por cables a lo largo del mástil desde el generador hacia un transformador. Posteriormente y mediante otros cables, esta vez subterráneos, es inyectada a la red eléctrica.
Energía eólica terrestre y marina
A los primeros aerogeneradores que se erigieron en tierra les siguieron los que se colocan en el mar, ya que la energía eólica terrestre presenta varias limitaciones como por ejemplo:
- que la potencia máxima suele estar en los 3 o 4 MW,
- que la aceptación social a veces es bastante difícil, porque provoca molestias visuales y acústicas y puede tener impacto sobre la biodiversidad.
- Se pueden presentar conflictos por la disponibilidad de los sitios y el uso que se le da a los espacios.
En la costa, los vientos son más regulares y potentes que en tierra. Así que en el Día Global del Viento 2024 es de destacar que el auge de la energía eólica marina recién acaba de comenzar. Los aerogeneradores que se instalan son más grandes y potentes, ya que pueden alcanzar hasta los 18 MW y son mucho más eficientes y productivos. Y su impacto visual es menor, al tiempo que los costes de instalación están reduciendo año a año gracias a la innovación en este campo.