El año pasado, Europa hizo algo bastante asombroso en el mundo de las energías renovables. Construyó un montón de parques eólicos, más de los que había construido nunca en un solo año. Pero aquí está el truco: incluso con este esfuerzo récord, siguen sin alcanzar los objetivos que se fijaron. Son como un corredor que ha acelerado el ritmo, pero aún va retrasado en la carrera.
La Unión Europea consiguió añadir unos 17 gigavatios de energía eólica en 2023. Para que te hagas una idea, eso es como añadir a su red la potencia de un país pequeño. Esto supuso un salto del 7% respecto a lo que hicieron en 2022, lo que suena muy bien, ¿verdad? Pero aquí está el problema: para cumplir realmente sus objetivos en materia de cambio climático y reducir su dependencia del gas ruso, necesitan añadir unos 30 gigavatios cada año. Solo están a mitad de camino.
¿Cómo está luchando la energía eólica a pesar de la gran demanda de energías renovables?
A pesar de todo lo que se habla de las energías renovables, la energía eólica en Europa ha pasado por momentos difíciles últimamente. Mientras que la energía solar está en auge -gracias a paneles más baratos que la gente utiliza para ahorrar en sus facturas de electricidad-, la eólica no ha tenido tanto protagonismo. Las empresas que fabrican aerogeneradores están perdiendo dinero, y algunos de los proyectos de parques eólicos previstos se están aplazando o desechando por completo debido al aumento de los costes.
¿Por qué es tan importante la energía eólica? Bueno, Europa necesita reducir el consumo de combustibles fósiles, y la energía eólica es clave para ello, sobre todo en invierno. Es cuando más energía utilizan, y no hay mucho sol para alimentar todos esos paneles solares. Además, a medida que aumente el número de personas que conducen coches eléctricos y calientan sus casas con electricidad, la demanda de energía no hará sino aumentar.
Recientemente, la Agencia Internacional de la Energía ha declarado que no es tan optimista sobre la rapidez con que Europa puede aumentar su energía eólica. Les preocupa la burocracia y el estado actual de las redes eléctricas, que no están preparadas para un gran aumento de la energía eólica.
Los expertos creen que el crecimiento de la energía eólica podría ralentizarse un poco hasta 2026 y luego acelerarse más adelante en la década. Esta previsión se alinea con el creciente enfoque en la Inversión ESG, que enfatiza los factores ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión.
A medida que más inversores priorizan la sostenibilidad, es probable que fuentes de energía renovable como la eólica ganen más tracción e inversión, potencialmente acelerando su desarrollo e implementación en la última parte de la década.
¿Cómo logró Francia un nuevo récord con su bono verde?
Hablemos ahora de Francia y su nuevo «bono verde». Se trata de una forma de que los países recauden dinero para proyectos respetuosos con el medio ambiente. ¿Y Francia? Se les da muy bien. Acaban de batir un nuevo récord con su última venta de bonos verdes.
Ofrecieron estos bonos del Estado a 25 años y obtuvieron ofertas de los inversores por un total de más de 98.000 millones de euros (unos 106.600 millones de dólares). Se ha batido así el récord de 75.000 millones de hace tres años. El plan es recaudar 8.000 millones de euros, una cantidad considerable.
Esto forma parte de una tendencia mayor en Europa. Los inversores están aprovechando la oportunidad de adquirir estos bonos. Quieren asegurarse una buena rentabilidad antes de que los tipos de interés bajen a finales de año. España, Italia y Bélgica tuvieron un éxito similar la semana pasada, y todo forma parte de una oleada récord de ventas de bonos en Europa.
Francia utiliza el dinero de estos bonos verdes para cosas tan interesantes como la lucha contra el cambio climático, la protección de la naturaleza y la lucha contra la contaminación. En esta ocasión, grandes bancos como BNP Paribas SA, Bank of America Corp, Credit Agricole CIB, JPMorgan Chase & Co y Societe Generale SA les ayudaron a organizar la venta.
Conclusión final de los bonos Verdes de Francia
Esto es lo que hay: No cabe duda de que Europa está avanzando en el campo de las energías renovables y las finanzas verdes, pero aún queda trabajo por hacer. Se han fijado objetivos muy ambiciosos, sobre todo en materia de energía eólica, y aunque están progresando, aún no lo han conseguido del todo. Y con estos bonos verdes, países como Francia están demostrando que hay mucho interés y dinero en ser ecológicos. Se trata de mantener ese impulso y no perder de vista el objetivo general: un mundo más limpio y más verde.