La apuesta decidida por la transición energética ha supuesto un fuerte impulso al desarrollo de la tecnología del hidrógeno como forma de descarbonizar aquellos elementos de la economía a los que es más difícil llegar por medio de la electrificación.
La implantación del hidrógeno como vector energético requerirá de una importante reducción de su coste durante los próximos años, que vendrá dado por nuevos desarrollos tecnológicos en las diferentes etapas de su ciclo de vida: generación, transporte, distribución, almacenamiento y aplicación.
Para ello son necesarias empresas tractoras, ingenierías de referencia, agentes científico-tecnológicos con conocimiento especializado, proveedores de equipos y componentes capaces de trabajar con un gas tan exigente como es el hidrógeno o entidades que están liderando la aplicación de este vector en sectores finales como la siderurgia, el transporte pesado, el sector naval o la industria cementera. Todo lo cual se reúne en un Clúster.
El hidrógeno verde es un objetivo nacional
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha publicado la resolución definitiva de la convocatoria de ayudas a la creación de grandes valles o clústeres de hidrógeno renovable. Asigna un total de 1.223 millones de euros de fondos NextGenEU a siete proyectos ubicados en Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia.
Según esta clasificación, los siete beneficiarios del programa H2 Valles plantean desarrollos con una potencia de electrólisis total de 2.292,8 MW para la producción de hidrógeno renovable en 12 instalaciones diferenciadas, ya que las bases de la convocatoria permiten más de un emplazamiento por clúster si la distancia entre ellos es menor de 100 km. Se espera que estos proyectos produzcan 269.142 toneladas de Hidrógeno renovable cada año, al tiempo que movilizan inversiones por valor de 5.821 millones.
Un reparto territorializado y ordenado
Por comunidades autónomas, Aragón, con dos proyectos de valles –uno de ellos compartido con Cataluña– recibe el mayor importe de ayudas, 322 millones. Le siguen Andalucía (304 millones), Castilla y León (261 millones), Galicia (170 millones) y Cataluña (165 millones). Tres de los expedientes corresponden a ubicaciones en municipios de reto demográfico: Andorra (Teruel), Cubillos del Sil y La Robla, ambos en la provincia de León.
Dado que el presupuesto disponible inicialmente, 1.200 millones de fondos incluidos en la Adenda RePowerEU del PRTR, podía ampliarse hasta un 10% adicional para completar la ayuda del último expediente adjudicado, el monto final de las subvenciones ascendería a 1.223 millones.
7 proyectos de electrólisis
Los siete proyectos de la propuesta de resolución provisional cuentan con una potencia de electrólisis para la producción de hidrógeno renovable que supera ampliamente el umbral mínimo de 100 MW fijado en las bases de la convocatoria. Todos ellos garantizan también los compromisos de compra requeridos de, al menos, el 60% de esa producción por parte de distintos consumidores (offtakers) industriales.
Los expedientes mejor valorados incorporan además instalaciones conectadas de generación renovable y acometen procesos adicionales de síntesis, almacenamiento y/o transporte de combustibles verdes derivados del hidrógeno renovable como el eSAF para aviación, el e-metanol o el amoniaco. En cuanto a la tecnología de electrólisis, los promotores de los proyectos seleccionados provisionalmente han optado por la alcalina de forma mayoritaria.
En la ponderación de méritos, además de la solidez técnica y la solvencia económica, se ha valorado criterios sociales y ambientales que van desde la creación de empleo, el desarrollo económico local, la reducción de emisiones, igualdad de género, así como la formación local, entre otros.
Fomento de la producción y consumo de hidrógeno
El objetivo de esta línea de incentivos que gestiona el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) –adscrito al MITECO– es fomentar la producción y consumo a gran escala de hidrógeno renovable y sus combustibles derivados para impulsar la plena integración de este vector en el mix energético español y acelerar la reducción de emisiones de CO2 de amplios sectores de nuestra industria y el transporte pesado.
Los clústeres o valles de hidrógeno verde constituyen un elemento esencial al reunir en emplazamientos agrupados múltiples etapas de la cadena de valor del hidrógeno; desde la producción y el almacenamiento a la distribución y consumo. Se aprovechan así las economías de escala, posible diversidad de consumidores en una misma zona y el efecto multiplicador que ello pueda tener.
Parte del plan Nacional
El impulso a la creación de clústeres de hidrógeno renovable, vinculados a la componente 31 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y al mecanismo RePowerEU de la Comisión, está previsto en el PERTE ERHA y se considera determinante para alcanzar los objetivos señalados en la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable (4 GW en 2030) y en la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que prevé 12 GW de capacidad de electrólisis para 2030.
La línea de incentivos a valles de H2 renovable viene precedida por el alto grado de interés y participación en las convocatorias previas de H2 Pioneros, H2 Cadena de Valor y tres Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI Hy2Tech, Hy2Use y Hy2Move).
Fruto de estas iniciativas, más de un centenar de desarrollos están en marcha en toda la geografía española; tanto propuestas experimentales para generar conocimiento en torno al hidrógeno renovable, como aplicaciones en movilidad y transporte, o grandes electrolizadores para generación de este vector energético.
Dotada con más de 3.100 de millones de fondos europeos, la apuesta por el hidrógeno verde ha supuesto que, en apenas dos años, España esté ya en disposición de lanzar ayudas que multiplican en varios órdenes de magnitud la capacidad de producción de hidrógeno renovable de los primeros proyectos financiados.
Tal y como recoge la Hoja de Ruta, en España se consumen hoy más de 500.000 toneladas al año del llamado “hidrógeno gris”, de origen fósil. Existe, pues, un enorme potencial para la descarbonización de la industria y, al mismo tiempo, permite sustituir otros combustibles fósiles u otras materias primas con hidrógeno renovable. ECOticias.com