La nueva carrera espacial ha dado un giro muy extraño, pues ya no se trata solo de enviar cohetes, sino de construir un futuro más sostenible en la Luna. La competencia entre las superpotencias está más viva que nunca, y el bloque occidental, liderado por Estados Unidos, acaba de hacer un movimiento estratégico que pone en alerta a países como China y Rusia.
Una carrera en la Luna
Sabemos que los países siempre compiten entre sí, especialmente las superpotencias como China, Estados Unidos y Rusia, pero esta vez, la competencia es espacial y aunque suene muy extraño, la meta es asegurar la energía.
El mayor problema para que los humanos puedan vivir y trabajar en la Luna por mucho tiempo es la noche lunar, un periodo que dura unos 14 días de la Tierra. En ese tiempo, los paneles solares no pueden generar luz, dejando a las bases y a los robots en un ‘apagón’ total.
Sin electricidad continua, no se pueden mantener las bases calientes, ni hacer funcionar los experimentos, ni cargar los equipos. Para resolver este problema, la solución debe ser innovadora y debe venir de la mano de la tecnología más avanzada que existe.
Básicamente se necesita un sistema que no dependa del sol, sino que pueda almacenar su energía y luego reconvertirla en electricidad cuando la oscuridad lunar sea total, usando un ciclo cerrado que no desperdicie recursos, pero ¿Será posible?
Una alianza de dos gigantes
Hace poco vimos una región que se despide de los apagones, pero ahora el plan es dominar el apagón lunar y para lograrlo se ha concretado con una alianza clave entre la experiencia automotriz y la infraestructura espacial.
Resulta que la japonesa Honda y la estadounidense Astrobotic, se unieron para combinar dos tecnologías, por un lado, las pilas de combustible de Honda (expertos en usar el hidrógeno como energía) y, por el otro, los paneles solares verticales de Astrobotic.
El sistema funciona de forma brillante, pues durante el día, los paneles solares de Astrobotic atrapan la energía del Sol y la usan para separar el agua en hidrógeno y oxígeno. Luego cuando llega la larga noche lunar, el hidrógeno que guardaron pasa por la máquina de Honda para crear electricidad.
Pero lo mejor es que este proceso es muy amigable con nuestro planeta, ya que el único desecho de este proceso es el agua, la cual se recicla inmediatamente para volver a producir hidrógeno, cerrando así un ciclo de energía sin fin.
La red eléctrica para la base lunar
Pero esta colaboración es mucho más que un simple experimento; es una apuesta por construir la infraestructura básica de la Luna. Astrobotic ya está trabajando en su proyecto llamado LunaGrid, que básicamente busca crear una red eléctrica real en la superficie lunar.
La idea es que los futuros rovers, módulos y bases de astronautas puedan simplemente «enchufarse» a esta red como lo hacemos en la Tierra, así que, para que esto funcione, la empresa está diseñando paneles solares de gran tamaño de 10 kW hasta 50 kW.
Una mezcla muy extraña
No podemos negar que esta alianza es una combinación muy curiosa, pues se uniendo la industria automotriz con el mundo espacial. Ambas están llevando la experiencia de la Tierra para garantizar que la presencia humana en la Luna sea sostenible a largo plazo.
Pero si el sistema demuestra ser robusto en las condiciones extremas de la Luna, esta tecnología se convertirá en el estándar, por lo tanto, China y Rusia tendrán que vigilar de cerca, ya que este movimiento acelera el camino hacia una presencia humana constante fuera de nuestro planeta.
Sin duda esta alianza será una revolución, pues no solo resuelve un problema técnico (el apagón lunar), sino que sienta las bases para una nueva era de exploración comercial y permanente. Al crear un sistema energético que es limpio, escalable e ilimitado, Estados Unidos y Japón están construyendo un modelo que otros países tendrán que seguir, pues de lo contrario se quedarán en el pasado junto con el petróleo.