El estudio, dirigido por el profesor Christian Feld de la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania), ha indicado que restaurar esta vegetación supone una opción recomendable por su bajo coste y sencillez frente a la actual problemática medioambiental.
Recuperar la vegetación de la orilla de los ríos ayuda a mejorar el estado ecológico de todo el ecosistema fluvial y devuelve la salud medioambiental a ríos degradados, según ha detectado un estudio de científicos alemanes en el que ha participado un investigador de la Universitat de Barcelona (UB), Cayetano Gutiérrez.
El trabajo, publicado en la revista ‘Water Research’, ha concluido que recuperar esta vegetación, llamada ‘riparia’, comporta claros beneficios: «Las temperaturas se reducen por la sombra de la cobertura vegetal proyectada sobre el río y eso ayuda a frenar los efectos negativos del cambio climático», ha observado Gutiérrez.
Las formaciones riparias son corredores naturales que preservan la biodiversidad y la riqueza paisajística del entorno fluvial, y al recuperarlas se genera más cantidad de alimento disponible para los organismos acuáticos en el río y más diversidad de hábitats «por el aporte de ramas y troncos que pueden crear presas naturales en el cauce».
Gutiérrez, miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) y del Grupo de Investigación Freshwater Ecology, Hydrology and Management (Fehm) de la UB, ha añadido en un comunicado este miércoles que los efectos positivos se acentúan «río arriba», en especial en las cabeceras.
El estudio, dirigido por el profesor Christian Feld de la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania), ha indicado que restaurar esta vegetación supone una opción recomendable por su bajo coste y sencillez frente a la actual problemática medioambiental, que recoge una Directiva marco del agua impulsada por la Unión Europea.
Para frenar el impacto negativo de la agricultura y la ganadería sobre los ríos, recuperar la vegetación riparia ha sido una de las estrategias más frecuentes, pero los resultados no siempre son los deseados y resulta necesario averiguar qué factores son los que garantizan el éxito de una restauración.
Poco efectiva en cuencas muy degradadas
En cuencas muy degradadas por el impacto de fertilizantes, pesticidas u otros contaminantes, este tipo de intervención es poco efectiva por sí sola, y en estos casos es necesario desarrollar medidas adicionales a una escala mayor, como reducir la superficie agrícola, implementar agricultura de bajo impacto, por ejemplo.
«La restauración riparia no lo soluciona todo. Todavía hay un largo camino por recorrer para devolver la salud a los ríos degradados», ha observado el investigador.
El análisis se ha desarrollado en el marco de una colaboración internacional dentro del proyecto europeo Managing aquatic ecosystems and water resources under multiple stress (MARS), que ha sido coordinado por un equipo en el que también participa el investigador de la UB-IRBio-Fehm.