Los ecosistemas marinos siguen en peligro en nuestro país. España está lejos de avanzar hacia la protección estricta de, al menos, un 10% de sus mares para 2030. Esta es la conclusión que se desprende del análisis de ONGs ambientales, entre ellas Oceana, para evaluar el progreso de los Estados Miembros con los objetivos de conservación marina para 2030, establecidos por la Estrategia de Biodiversidad de la UE.
La protección de los ecosistemas marinos no es tal
En la presentación de sus planes, España reporta algunas áreas de ecosistemas marinos como estrictamente protegidas que realmente no lo son, ya que en estos enclaves se permite la pesca. Según el criterio de la UE1, las actividades extractivas no deben permitirse en las áreas de protección estricta. Además, no hace propuestas para proteger de forma estricta ninguna de sus áreas marinas protegidas existentes o futuras.
La científica marina de Oceana en Europa, Silvia García, explica que “el porcentaje actual de protección estricta de los ecosistemas marinos de las aguas españolas es irrisorio (menos del 1%). Actualmente, no hay ningún compromiso del Gobierno para que la situación cambie en los próximos años, lo cual es muy preocupante.
España debe priorizar la designación de estos refugios ricos en biodiversidad, no solo para cumplir con el objetivo marcado por la UE, sino para asegurar el futuro de los ecosistemas marinos más vulnerables y el de las personas que dependen de ellos.”
Evaluación de las ONG de la protección de los ecosistemas marinos de España
La evaluación de las ONGs también muestra que España avanza de forma positiva en la designación de nuevas áreas de ecosistemas marinos protegidos y se acerca así al objetivo de proteger el 30% de su superficie marina de cara al 2030.
Este año, ha empezado la designación de nuevas zonas como los montes submarinos del Canal de Mallorca (Baleares), Cañón del Tiñoso y Seco de Palos (Región de Murcia) y el Sistema de Cañones de Cap Bretón (País Vasco). Si se designaran estas nuevas áreas se llegaría al 25% de superficie marina total protegida en 2025.
Sin embargo, España pretende alcanzar el objetivo del 30% de forma dudosa, es decir proponiendo una gran zona de navegación controlada para proteger a cetáceos de colisiones. Oceana no considera este lugar como un verdadero espacio protegido, ya que su gestión es laxa y voluntaria y, además, se centra solo en paliar una amenaza concreta, dejando de lado las demás necesidades de las especies y hábitats de la zona.
Para que la preservación de los ecosistemas marinos protegidos sea realmente efectiva, hay que ir más allá de la designación sobre el papel y asegurar una gestión adecuada, ya que la actual es muy deficiente. Hoy en día, la pesca destructiva, especialmente el arrastre, sigue muy presente en las áreas marinas supuestamente protegidas.