Quién no ha soñado alguna vez con coches autónomos. Aunque se trata de una tecnología futurista que aún tiene mucho por recorrer, ya es posible disfrutar de ella en diferentes lugares del mundo. En principio, Francis Houdina, ingeniero eléctrico en Nueva York allá por el año 1925, fue el primero en llevar del papel a la práctica el vehículo autónomo. Sin embargo, no era 100% autónomo, ya que se controlaba a distancia.
La Houdina Radio Control fue creada para cumplir con este propósito. El coche “autónomo” llamado Chandler podría haber continuado en circulación, pero un accidente con otro automóvil lo sacó de las calles. Norman Bel Geddes, un diseñador industrial estadounidense es otro nombre a tener en cuenta en este aspecto.
Destacó por sus extravagantes y futuristas diseños. El trabajo más reconocido de su carrera fue el ejecutado para General Motors. Le pidieron el diseño de un pabellón llamado Futurama para la Exposición Universal de Nueva York de 1939.
En este contexto, resaltó un coche autónomo cuyo funcionamiento se daba por vía eléctrica y podía dirigirse con un radiocontrol. Así, la tecnología se fue perfeccionando hasta llegar a la noción que tenemos hoy sobre los coches autónomos.
¿Qué está pasando con los coches autónomos?
Ahora los coches autónomos están en funcionamiento en varios lugares del mundo, con compañías especializadas en su creación. Un contexto en el que Audi pronto podría dar la sorpresa. No obstante, hace poco se supo sobre una situación que obligó a limitar el servicio de San Francisco otorgado por la firma Waymo.
Varios manifestantes incendiaron cinco taxis robot de Waymo en Los Ángeles el domingo 8 de junio, por lo que el lunes 9 la firma tuvo que limitar preventivamente los viajes a las áreas de San Francisco en las que se estimaba que la gente se reuniría para exponer su oposición a las políticas de inmigración de Donald Trump.
Por su parte, Waymo no quiso emitir en qué zona de San Francisco quedaría suspendido su servicio ni por cuánto tiempo. Con este accionar, dejó fuera de juego sus taxis robot, ya considerados toda una atracción turística.
Los automóviles son modelos Jaguar I-Paces eléctricos y cuentan con decenas de cámaras y sensores, con un valor de alrededor de 100 000 dólares cada uno.
Los coches autónomos de la empresa son vistos por múltiples manifestantes como una manera de evidenciar su resistencia a las asociaciones de la industria tecnológica con el Gobierno del Presidente de Estados Unidos. Así lo expresó Elise Joshi, activista de San Francisco, consignó The New York Times.
Waymo tuvo que tomar medidas urgentes con sus coches autónomos
Waymo tuvo que tomar medidas para proteger sus coches autónomos en San Francisco. Estas medidas llegaron después de la quema de varios de sus vehículos autónomos en Los Ángeles. Las imágenes no tardaron en verse vía internet.
Elon Musk y otras figuras de su corte política difundieron esa estampa y otras parecidas como símbolos de la presunta disfunción en Los Ángeles. Waymo suspendió su servicio de coches autónomos en el centro de Los Ángeles el domingo 8 de junio por la noche. Para ello, contó con la participación del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Los coches autónomos, envueltos en un conflicto que Waymo no vio venir
Una portavoz de la empresa, recoge el medio ya nombrado, expuso que los coches autónomos Waymo estaban en el lugar y momento equivocados.
Agregó que la corporación no tenía conocimiento de si los coches autónomos dañados habían sido requeridos por manifestantes con el objetivo de destruirlos o si solo habían dejado a clientes por aquella zona.
Así las cosas, los coches autónomos de Waymo fueron “víctimas” en las protestas de San Francisco. Una situación que sienta un precedente en la historia y que podría perjudicar el avance de esta tecnología en el futuro.
Algo que se suma a los trastornos técnicos con los que se asocia a la conducción autónoma. Sin embargo, no está todo perdido. Solo el tiempo dirá si la tecnología de los coches autónomos encuentra su lugar en un mundo marcado por polémicas, conflictos e intereses contrapuestos.