El mundo ya está listo para lanzar el primer cohete de agua al espacio. Tiene 90.000 kilos de peso y es el más potente que se ha visto hasta ahora. Las pruebas del coche supersónico lograron llenar de emoción a los más curiosos, pero el lanzamiento del primer cohete de agua no tiene comparación. Los cohetes espaciales representan una tecnología clave para el avance de la exploración especial. Siempre han estado rodeados de interés y fascinación por parte de la humanidad.
Desde la primera nave tripulada al espacio en 1961, el ser humano no dejar de preguntarse cómo podría ser la vida en Marte u otros planetas. ¿Hay agua? ¿Existe vida? ¿Los alienígenas podrían comunicarse con nosotros? Los cohetes espaciales forman parte integral de la exploración y la ciencia del universo. Con una rica historia y un futuro brillante por delante, todavía hay mucho por descubrir sobre los cohetes espaciales.
Se trata de artefactos fascinantes que siguen sorprendiéndonos y otorgando información sobre el universo y el lugar que ocupamos en él. Para el ciudadano de a pie resulta emocionante imaginar los avances del futuro y fantasear con la posibilidad de ser parte de un gran cambio.
El primer cohete de agua es real: el mundo le dice adiós
Entre los años 2012 y 2018, el modelo Delta IV Heavy fue el cohete más potente del mundo y el pasado 9 de abril de 2024 tuvo lugar su último vuelo. Después de 16 misiones, este lanzador de la compañía ULA (United Launch Alliance) culmina su vida útil. Será reemplazado por las versiones pesadas del nuevo Vulcan.
El cohete Delta IV Heavy era capaz de colocar hasta 28,8 toneladas en órbita baja (LEO). Solo fue superado en 2018 por la pieza Falcon Heavy de SpaceX, con 63,8 toneladas de LEO y por el SLS de la NASA en 2022, con un registro de 90 toneladas. En agosto de 2019, fuimos testigos del último vuelo del Delta IV M+, por lo que el vuelo del pasado mes de abril también representó el último de la familia Delta, un legado que llevaba vigente desde 1957.
Pese a su nombre, esta gama de lanzadores Delta IV no se parecía mucho a los de generaciones pasadas. Los primeros Delta llegaron de la mano de la NASA y fueron creados a partir de misiles de alcance medio PGM-17 Thor a los que se les otorgó una segunda etapa derivada del proyecto Vanguard.
El modelo Delta IV apareció en los 90 con la propuesta de Boeing para el proyecto EELV (Evolved Expendable Launch Vehicle) de la Fuerza Aérea de EE.UU. Se buscaba el desarrollo de un cohete destinado a cargas militares prioritarias. El propósito era bajar los altos costes de los lanzadores empleados por el Pentágono, especialmente el Titán IV. El concurso tuvo otro ganador: Lockheed Martin y su Atlas V.
Este también brindó un lanzador muy diferente a las generaciones anteriores de la familia Atlas, con una primera etapa nueva dotada de un motor ruso RD-180 de NPO Energomash para disminuir el coste de cada misión.
Esta es la verdadera historia del cohete de agua más potente del mundo
El Delta IV utilizó en una primera y segunda etapa hidrógeno. De ahí que lo llamemos “cohete de agua”, puesto que el único subproducto del hidrógeno es el vapor de agua. También hizo uso de aceleradores de combustible sólido GEM-60, un cambio de diseño completamente radical, que utilizaban una primera etapa de kerolox y una segunda hipergólica.
En definitiva, el mundo vio brillar el primer cohete de agua en el espacio, un dispositivo que hizo historia como el más potente. Una noticia casi tan llamativa como el lanzamiento de este cohete propulsado por biocombustible.












