Los coches eléctricos parecen ser el futuro, pues nos prometen un diseño muy atractivo, un motor eficiente y lo mejor ¡cero emisiones contaminantes! sin embargo, el camino para transicionar a ellos en España no es para nada fácil, de hecho, es bastante paradójico y aquí te contamos por qué.
La transición a coches verdes
Tener un coche es algo que todos necesitamos, pero detrás de un diseño hermoso y velocidades extremas, se esconde una triste realidad y es que la mayoría de los coches liberan grandes cantidades de gases contaminantes que terminan dañando nuestro planeta.
Es por eso, que las empresas se han propuesto la meta de crear coches más verdes, es decir más amigables con nuestro planeta y aquí es donde los coches eléctricos se han vuelto una solución prometedora, pues son atractivos, eficientes y sostenibles.
Por eso, cada vez más personas quieren apostar por la movilidad eléctrica, pero a pesar de eso, estos coches se enfrentan grandes desafíos en muchos países y España no es la excepción pues hay muchas controversias y paradojas que nos demuestran que el camino para la transición no es nada sencillo.
La paradoja de la movilidad eléctrica
Sucede que uno de los principales problemas de los coches eléctricos es su recarga, por eso BYD está apostando por las motos que se recargan gratis, sin embargo en el caso de España, ocurre una situación muy paradójica respecto a los puntos de recarga.
Por un lado tenemos una visión muy optimista del tema, pues según la Asociación Española de Empresas de la Movilidad Eléctrica (Aedive), en España hay más de 46 600 puntos de recarga y se espera que esta cifra siga creciendo, pero entonces ¿Cuál es el problema?
El problema es que esta es solo la visión positiva, pero desde el otro lado, las personas creen que esto no es suficiente y que el problema no es solamente la cantidad de puntos de recarga, sino el tipo de cargadores y el dilema es que la mayoría son de carga lenta, de hecho tardan más de 3 horas.
Y si bien los cargadores rápidos también han ido en aumento, aún son muy pocos, de hecho, solo hay 4000 puntos de carga rápida y de esos, solo el 7% están en autovías, lo cual es muy contraproducente ya que este es el punto más importante para los viajes largos.
Las barreras en España no se terminan
Aparte de la cantidad de puntos de recarga, hay otros problemas que hacen que la gente pierda el interés por cambiarse a un coche eléctrico y uno de ellos es que no hay un sistema de pago único, pues cada cargador tiene su propia forma de pago, así que la experiencia es bastante incómoda.
Y por si fuera poco, en las carreteras no hay señales para saber dónde están los puntos de recarga, así que todas estas situaciones hacen que España esté bastante atrasada en la transición a coches eléctricos en comparación con otros países europeos.
Pero no podemos culpar únicamente a los puntos de recarga, ya que también hay otras razones como la falta de ayudas e incentivos que realmente motiven a la población a usar estos coches, pues aunque existe el Plan Moves, los otros países tienen sistemas mucho más rápidos.
Otro punto muy importante es que muchas personas le tienen miedo a lo desconocido, por lo que prefieren no arriesgarse con un coche eléctrico y tampoco tienen la información necesaria sobre su funcionamiento y el gran aporte que hacen a nuestro planeta.
Sin duda la situación es compleja y muy paradójica, ya que por una parte vemos que España avanza, pero por otro lado aún falta mucho por hacer especialmente en cuanto a los puntos de recarga y la difusión de información, aunque en este último punto no podemos culpar solo a España, pues hay un país donde se ocultó un importante estudio sobre el de estos coches en nuestro planeta.