La maquinaria china ha pasado a ocupar un lugar privilegiado en la industria automovilística. A lo largo de los años, el sector del automóvil ha sufrido modificaciones tales que los vehículos que hoy vemos transitar por las calles distan mucho de los que vislumbrábamos en la época de la invención del automóvil, allá por el siglo XIX.
El sector ha sabido adaptarse y transformar sus productos para atender las diferentes necesidades y demandas de los consumidores, hoy más conscientes de los avances tecnológicos y las tendencias actuales. Dicha evolución ha pasado por diferentes estados marcados por cambios de diseño, producción, eficiencia energética y seguridad.
Hace tiempo que los vehículos dejaron de ser meros medios de transporte para convertirse en piezas sofisticadas cargadas de innovación y, en ocasiones, inteligencia artificial. Uno de los rasgos en los que más se ha avanzado ha sido en la seguridad, tanto para conductores como para pasajeros.
Los airbags y sistemas de control de estabilidad son dos claros ejemplos de las prestaciones que minimizan el número de accidentes y permiten que el comprador se sienta más segura. Además, los vehículos modernos brindan asistencia al conductor, una función que permite que el usuario tenga control absoluto del automóvil, conectividad y diferentes opciones de infoentretenimiento.
Otra de las novedades de los últimos tiempos, que ya se ha convertido en algo cotidiano, es el auge por los coches eléctricos. La creciente preocupación de la sociedad por el medio ambiente ha gestado un importante cambio de paradigma en el que importa mucho más que el rendimiento y el diseño.
La industria automotriz se topa con un problema: ¿qué está pasando con la maquinaria china?
Mientras el mercado asegura que esta marca de coches chinos arrasará en España en 2025, un inesperado problema surge para la industria: el número de coches kilómetro 0 de China se está impulsado de una forma injustificable.
Las compañías de China reportan números jamás vistos, con matriculaciones constantes y cifras de exportaciones récords. En 2024, China anotó la friolenta cantidad de 31,44 millones de coches vendidos, según registra un informe de Marklines.
De ese número, 12,89 millones correspondieron a vehículos eléctricos/ híbridos enchufables, también conocidos como automóviles de “nueva energía”.
El aumento del último grupo fue desmedido, con un crecimiento del 35,5% respecto a 2023. Sin embargo, el número total también subió hasta agregar un 4,5% más que el año anterior. ACEA informó que más del 40% de los vehículos vendidos en todo el mundo fueron registrados en China.
El auge por la maquinaria china sigue creciendo en la industria automotriz, pero ¿es bueno?
Ante el avance de la maquinaria china en la industria automovilística global, autoridades del Estado convocaron a una reunión a fabricantes, informó en exclusiva Reuters. Les preocupa pensar en qué puede pasar con el mercado si el número de automatriculaciones pierde el control.
Se ha hecho responsable a las diferentes compañías chinas del sector, pero el medio nombrado se focalizó en BYD y Dongfeng Motors. Sus concesionarios estarían vendiendo bajo el rótulo de “vehículos usados” piezas que realmente no han sido utilizadas.
Wei Jianjun, presidente de Great Wall Motor, dijo en una conversación con Sina Finance que existen entre 3000 y 4000 concesionarios que hacen esto. Esta práctica responde a la técnica “coches de kilómetro 0”.
Corresponde a automóviles matriculados por fabricantes o concesionarios para conservar el negocio. Dichos vehículos cuentan como si fueran venta de coches nuevos y, después, en el registro de vehículos usados. Por lo tanto, algunas las ventas reportadas no corresponderían con la realidad.
¿Por qué se miente en la industria sobre la cantidad de ventas?
Hay varias razones por las que los fabricantes pueden recurrir a esta técnica. La primera es una respuesta a las regulaciones.
Por ejemplo, si se implementa la obligación de vender coches en serie con un completo equipamiento de seguridad o una nueva regulación y la marca los tiene sin movimiento en un almacén no hay beneficio. Es por eso por lo que prefiere matricularlos y venderlos como usados.
Otro motivo es la existencia de cupos mínimos de ventas de concesionarios frente a los fabricantes. Esto los obliga a comprar vehículos y venderlos después como usados para cumplir las expectativas. El consumidor final acaba comprar el vehículo a un precio más económico, pero no tiene la opción de elegir ningún aspecto de su equipamiento.
El problema radica en que se teme que los números de la industria automovilística se hayan hinchado demasiado. Esto tendría como consecuencia un abundante stock acumulado al que después le será difícil dar salida.
Este es el problema al que se enfrenta la industria y por el que la maquinaria china necesitaría “lubricación”. O sea, un mayor control y rigurosidad en sus números reales. En paralelo, Elon Musk se ha mostrado “demoledor” con los coches chinos.