España inventó el motor de agua y el mundo no nos creyó: han pasado décadas, y Japón lo quiere recuperar

Publicado el: 5 de agosto de 2024
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motor de agua Espana

España inventó el motor de agua, pero el mundo lo no creyó. Después de varias décadas, Japón lo quiere recuperar lanzando motores de hidrógeno como el de Yamaha. Conforme ha ido pasando el tiempo, han aparecido noticias sobre las maquinarias eléctricas impulsadas por hidrógeno y sus opciones para sustituir a los combustibles fósiles. Sin embargo, la falta de infraestructura y los peligros que entrañan los tanques de almacenamiento han impedido la estandarización de esta tecnología.

Con el avance del cambio climático y el calentamiento global, los combustibles fósiles son una alternativa cada vez menos atractiva. Si bien cumplen con las expectativas de eficiencia, contaminan demasiado. Ante este escenario, el hidrógeno vuelve a ascender como una opción viable. De hecho, estamos más cerca que nunca de su ascensión.



El hidrógeno es un importante vector en la descarbonización de la industria y la movilidad sostenible, permitiendo su uso en aplicaciones versátiles. Entre sus bondades se encuentra el hecho de que su único subproducto es vapor de agua.

Motor de agua: España ya lo inventó y el mundo no terminó de creerlo

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Foto: Youtube

A mediados del siglo pasado, el ingeniero extremeño Arturo Estévez Varela inventó un motor que funcionaba con agua. Durante toda su vida, el experto se dedicó al desarrollo de todo tipo de dispositivos. Uno de los que más expectativas generó fue el motor de agua. Hizo diferentes viajes por toda la península reuniendo gente para mostrar cómo funciona el agua como combustible para motos.



Los informes sobre su trabajo incluso llegaron al equipo de trabajo de Francisco Franco. Su invento se publicó en NO-DO, medio propaganda franquista del fascismo español. Cada vez que el ingeniero llegaba a una nueva ciudad, Estévez utilizaba un sistema sencillo para hacer sus demostraciones. Reunía a sus vecinos para beber agua de una jarra. Así demostraba que el elemento se encontraba libre de aditivos. El agua sobrante iba destinada al tanque de combustible de la moto.

El próximo paso era arrancar el vehículo y desaparecer del lugar de reunión. Sus presentaciones llamaron la atención del resto de los medios de comunicación y su popularidad llegó a tal punto que el gobierno franquista creó una comisión de expertos para analizar el fenómeno. El resultado de la investigación fue que el “secreto” era una mezcla realizada dentro del tanque. El presunto ingrediente oculto sería el boro.

Al ser un material demasiado caro, el proyecto se consideró no rentable y se desestimó su viabilidad. Por su parte, Estévez siempre defendió que el ingrediente secreto no era el boro. Otras investigaciones hablaron de ferrosilicio. Combinado con agua, genera oxidación y produce hidrógeno. Sin embargo, esta es solo una hipótesis no comprobable.

El motor de agua triunfó en España, pero quedó en la nada

Según registra Mundo Deportivo, el invento se vendió y su creador se hizo millonario. No obstante, la industria automovilística demostró en varias oportunidades que la estandarización de opciones basadas en pilas de combustible de hidrógeno todavía no es posible. En la actualidad, existen algunos modelos equipados con esta fuente de energía, pero las ventas no son lo suficientemente altas como para recuperar la inversión.

Frente a la búsqueda de nuevas alternativas a los combustibles fósiles, han aparecido nuevas opciones de motores en el mercado, como la de los vehículos eléctricos y de hidrógeno. Ambas tecnologías todavía tienen mucho que demostrar para estar a la altura a la que estuvieron alguna vez los fósiles. Sin embargo, los expertos están estudiando la manera de que las nuevas apuestas salgan adelante y existe un nuevo transporte, más sostenible y compasivo con el medio ambiente.

En definitiva, España inventó el motor de agua y ahora, décadas después, Japón quiere recuperar parte de él. Varias compañías japonesas, como Toyota, están trabajando en la llegada de motores de hidrógeno, cuyo único subproducto es el vapor de agua.