Sabemos que el precio es uno de los puntos más decisivos a la hora de comprar un coche, pero ¿Realmente es lo más importante? A veces por bajar los precios, terminamos sacrificando muchas otras cosas y eso, es lo que le está sucediendo a Tesla, con la llegada de sus nuevos modelos. Quédate si quieres conocer los detalles.
Tesla en un gran dilema
Durante años, la promesa de la marca Tesla han sido coches los eléctricos con la mejor tecnología y la mayor autonomía posible y gracias a ese compromiso, ha logrado construir una imagen de marca premium que atrae a millones de compradores en todo el mundo.
El dilema es que en el último tiempo, la presión de los rivales, especialmente las marcas chinas y europeas que ofrecen modelos cada vez más competitivos ha provocado una caída en las ventas, forzando a la compañía a tomar una decisión difícil.
La marca ha tenido que encontrar nuevas maneras de atraer a un público más amplio con precios de entrada más bajos y su estrategia ha sido la de reducir los precios en los modelos ya existentes, creando una nueva gama ‘Standard’.
Esto ha generado una expectativa enorme en el mercado, pues acerca el coche de la marca a muchos bolsillos que antes no podían permitírselo, una jugada que a primera vista parece brillante, pero ¿Realmente esto fue una idea?
El precio de una versión barata
No podemos negar que Tesla no está en su mejor momento, sobre todo después de que una marca china lo humillara en frente de todos, por eso ahora ha decidido apostar por nuevas estrategias bajando sus precios, sin embargo, bajar precios tiene un costo aun más alto.
La nueva versión del sedán más vendido de la marca, el Model 3 ‘Standard’, llega a EE. UU. con un precio de 36 990 dólares pero a cambio sacrifica la calidad y los detalles que hicieron famosa a la marca. Las diferencias son enormes.
En primer lugar, la autonomía y la velocidad de carga disminuyen: el ‘Standard’ tiene 517 kilómetros de autonomía frente a los 584 kilómetros de la versión más cara, además, al cargar, solo recupera 274 kilómetros en 15 minutos, mientras que la versión Premium recupera 314 kilómetros en el mismo tiempo.
Una decepción tras otra
Pero la peor parte está en el equipamiento interior, pues para justificar una rebaja de más de 6000 dólares, la marca le quitó muchos elementos de comodidad, que sus clientes amaban, comenzando por la tela.
La clásica tapicería de cuero vegano fue reemplazada por una tapicería de tela, también le quitaron la ventilación en los asientos de adelante y la calefacción en los asientos de atrás, lo que hace el viaje menos agradable.
Se perdieron muchos lujos como la luz de ambiente y la pantalla trasera, y ahora hay que mover el volante de forma manual, no con botones. También le quitaron altavoces al sistema de sonido y pusieron una suspensión más simple en las ruedas.
El coche conserva la gran pantalla central y el maletero eléctrico, pero estos recortes en el equipamiento hacen que el vehículo se sienta más como un modelo económico. Con todo esto, el nuevo Tesla ya no parece un producto de la categoría premium a la que la marca nos tenía acostumbrados.
No podemos negar que el movimiento de Tesla de lanzar versiones standard es un intento desesperado por mejorar las ventas , sin embargo, la estrategia es un arma de doble filo. Al abaratar el Model 3 a costa de la calidad interior y de una menor autonomía, Tesla está sacrificando la tecnología y autonomía que tanto la hicieron destacar. Al final se está arriesgando a que sus clientes más leales apuesten por otras opciones como este coche alemán que ha revolucionado la industria.