“Tras años de luchas en 2013 un tribunal de EEUU reconoció a dos chimpancés utilizados en experimentos biomédicos como personas jurídicas por primera vez; ahora parece que se liberarán en diversos santuarios los que el gobierno de EEUU usaba para esos mismos fines.”
El caso de Leo y Hércules
Que dos chimpancés llamados Hércules y Leo y que fueron utilizados para realizar con ellos experimentos biomédicos en la Stony Brook University de Long Island, fueran reconocidos de manera efectiva por un tribunal de Nueva York como personas jurídicas en 2013, fue un momento histórico para los derechos de los animales.
Los defensores argumentaron que los grandes simios son seres altamente inteligentes y conscientes de sí mismos, con vidas emocionales muy complejas y que por tanto merecen tener una serie de derechos fundamentales, incluido el de estar libre de tratos inhumanos.
Primero se solicitó un Hábeas Corpus, que es una petición legal que los detenidos utilizan para buscar alivio del encarcelamiento ilegal y en primera instancia les fue concedida, ya que la jueza a cargo se identificó con la idea de que los chimpancés se merecen tener los mismos derechos de las personas, con respecto a estar confinado indefinidamente y en condiciones “no humanas”.
Lamentablemente dos años después dicha sentencia fue apelada y se negó el recurso “eventualmente”, pero la publicidad del caso había despertado las simpatías de la gente y fueron éstos y las asociaciones que luchan por los derechos de los animales, quienes ejercieron finalmente la presión necesaria para que los animales, si bien no han sido liberados, ya no sean usados con fines de investigación.
La noticia del NIH
El Instituto Nacional de la Salud (NIH) anunció que planea retirar a todos los chimpancés de investigación del gobierno y trasladarlos a los santuarios, revirtiendo su postura de muchos años. El NIH sostenía que era necesario contar con un conjunto de chimpancés para mantenerse para futuros experimentos médicos.
En 2013 el NIH prometió que alrededor de 300 chimpancés serían retirados en los siguientes dos años, según explicó Cathy Spraetz, directora del Chimp Haven de Louisiana, uno de los santuarios de chimpancés aprobados por el gobierno federal, la cual agregó que tras tantos años de lucha, estaban encantados con los resultados.
La decisión de la NIH responde en parte a la presión mediática y popular ya que habían prometido “jubilar” a un buen número de chimpancés y de los 310 que se encontraban en las instalaciones de investigación del gobierno sólo a seis se les había permitido salir a fines del 2013 y no existía ningún calendario de retirada para el resto de los animales.
Muchos de los chimpancés fueron infectados deliberadamente con enfermedades tales como la hepatitis o el VIH (o ambos) por el bien de la ciencia médica y decenas habían muerto a la espera de ser retirados a los lugares que ya están autorizados para recibirlos para que puedan vivir allí el resto de sus días.
El año pasado, la NIH explicó que dicho retraso se debió, en parte, a que el proceso de selección de los 50 animales que mantendrían fuera de la jubilación porque se les necesitaba para futuras «investigaciones fundamentales» en el futuro podría requerir un período de varios años.
Pero aparentemente la postura del NIH ha cambiado ya que se espera que TODOS los chimpancés sean liberados y ni siquiera queden los famosos 50 de “reserva”, lo que significaría que estos simios dejarán de ser objeto de investigación con el fin de que la ciencia médica avance para el bien humano (y en detrimento del suyo).
El director de los NIH dijo en un comunicado, que habían revaluado su postura ya que: “llegamos a un punto donde la necesidad de animales parecidos al hombre para la investigación, se ha reducido esencialmente a cero”.
Ante tamaña afluencia de nuevos pobladores, los centros de chimpancés, como es el caso de Chimp Haven ((El Paraíso de los Chimpancés) planean realizar campañas para recoger fondos y poder hacer ampliaciones que les permitan acoger la mayor cantidad de animales posible. Se espera también contar con el apoyo económico del gobierno para llevar a cabo dichos proyectos.
La idea es que los chimpancés vayan siendo liberados en grupos mensuales a partir de una determinada fecha que aún no se ha hecho pública (se espera que comience a fin de este año), pero ya se prevé que las instalaciones no serán suficientes para poder albergarlos a todos en las condiciones necesarias para que se recuperen, tras su calvario de toda una vida entre rejas, jeringuillas y quien sabe que más.
Más allá de argumentos en pos del avance en medicina y de las vidas humanas que se pueden haber salvado, algo que es innegable, los experimentos y las condiciones físicas y mentales a las que estos animales, inteligentes, sensibles y muy sociables, fueron sometidos, no tienen absolutamente nada de humanas.