El estudio científico de la ONG internacional, publicado en la revista Bird Conservation International, ha contado con expertos de varios países, entre ellos de SEO/BirdLife. Entre las conclusiones figuran los 20 puntos negros donde se realizan estas prácticas ilegales y los motivos que llevan a los infractores a perseguir determinadas especies en cada país.
BirdLife, matriz de SEO/BirdLife ha denunciado la muerte o captura ilegal cada año de 25 millones de aves en la cuenca mediterránea, de las que ocho millones mueren en 20 localidades muy concretas de cuatro países bañados por el Mare Nostrum.
El estudio científico de la ONG internacional, publicado en la revista Bird Conservation International, ha contado con expertos de varios países, entre ellos de SEO/BirdLife. Entre las conclusiones figuran los 20 puntos negros donde se realizan estas prácticas ilegales y los motivos que llevan a los infractores a perseguir determinadas especies en cada país.
La coordinadora del estudio, Anne Laure Brochet, ha señalado que los investigadores se quedaron «impactados» al descubrir que 25 millones de ejemplares de 450 especies son masacrados o capturados ilegalmente, principalmente por motivos gastronómicos –como manjar o alimento gourmet–, por deporte, para enjaular o como señuelos de caza.
Brochet ha destacado que ocho millones de estas aves se matan en 20 localidades aunque la cifra podría ascender hasta los once millones en Chipre, Egipto, Líbano y Siria. En concreto se ha referido a la región de Famagusta (Chipre), donde se calcula que entre 400.000 y un millón de individuos se cazan o se sustraen ilegalmente cada año, mientras que en la zona de El Manzala (Egipto), entre 30.000 y 1,1 millón de individuos se cazan o capturan de forma ilegal, cada año, con variaciones dependiendo de la temporada.
Por países, en Italia se cazan o captura entre 3 y 8 millones; en Egipto, entre 300.000 y 11 millones; en Siria, entre 3 y 5 millones y en el caso de España, se cree que entre 103.000 y 405.000 ejemplares son muertos o capturados ilegalmente.
Asimismo, el estudio refleja que la mayor densidad de aves cazadas o capturadas ilegalmente se produjo en Malta (18-667 aves al año por kilómetro cuadrado), Chipre (146-351 aves/km2) y Líbano (161-335 aves/km2).
La ONG reclama un mayor esfuerzo en asegurar en la Unión Europea que la Directiva de aves se implanta completamente en cada Estado y que se cumple «de manera efectiva».
ESPECIES AFECTADAS
Por especies, el estudio internacional refleja que las aves más afectadas por estas prácticas ilegales incluyen a la curruca capirotada (1,2-2,4 millones de ejemplares al año), la tórtola europea (300.000-900.000 ejemplares al año) y al zorzal común (700.000-1,8 millones), entre muchas otras.
SEO/BirdLife aportó los datos de España usando desde registros de seguimiento de especies, archivos policiales, publicaciones, informes, opiniones d expertos y datos de centros de recuperación de fauna públicos y privados de toda España.
La investigación concluye que la matanza y captura ilegal de aves es un grave y complejo problema de conservación para la avifauna de estos países, practicada con métodos específicos para capturar a estas especies, muy especialmente centrados en un grupo de especies concretas que son el objetivo principal de estas prácticas, aunque colateralmente afectan a muchas otras, y con motivaciones que varían según los países.
Ante sus conclusiones, la ONG internacional estima que esta cuestión se debe abordar con una acción local, regional, nacional e internacional que involucre «a las fuerzas del orden, fiscalías, asociaciones de cazadores, autoridades gubernamentales nacionales, las ONG y los instrumentos políticos internacionales».
De este modo, pone de ejemplo un reciente plan de acción nacional para atajar esta situación en Egipto, Libia y Chipre, para reforzar la legislación y su aplicación, mejorar el seguimiento y apoyar los esfuerzos de conservación sobre especies concretas.
El responsable de especies amenazadas de SEO/BirdLife, Nicolás López-Jiménez, ha subrayado que se trata del primer estudio con estimaciones cuantitativas y que la identificación de los puntos negros ayudará a priorizar los esfuerzos sobre el terreno para atajar este grave problema que pone «en riesgo la supervivencia de cientos de especies de aves».
ep