La naturaleza de Europa es increíblemente diversa – tan diversa como lo somos los europeos. Desde tundras nevadas hasta brillantes mares. Desde los Dolomitas de color rosa y los riscos alpinos, hasta los bosques, lagos tranquilos y zonas de montaña salpicadas por pastos y cabañas de pastores. En el cielo, en el suelo, en el agua, las criaturas nativas de Europa zumban, gritan y aúllan.
Mientras que la naturaleza – las plantas y animales, los paisajes – puede estar muy ausente de nuestra vida cotidiana, pocos de nosotros podemos imaginar un mundo sin ella. Y sólo tenemos que ponernos a caminar o dar un largo paseo en bicicleta para experimentarlo nosotros mismos.
La naturaleza de Europa es increíblemente diversa – tan diversa como lo somos los europeos. Desde tundras nevadas hasta brillantes mares. Desde los Dolomitas de color rosa y los riscos alpinos, hasta los bosques, lagos tranquilos y zonas de montaña salpicadas por pastos y cabañas de pastores. En el cielo, en el suelo, en el agua, las criaturas nativas de Europa zumban, gritan y aúllan.
Sin embargo, Europa es uno de los continentes más poblados del mundo. La presión para usar cada metro cuadrado para las actividades humanas era – y es – alta. Muchas actividades humanas han modelado un paisaje único, en armonía con la naturaleza. Pero en algunas ocasiones, la actividad humana ha hecho que los paisajes más impresionantes de Europa estuvieran en peligro de explotación y que varias especies autóctonas – como el lince ibérico, la tortuga del Mediterráneo y el lobo gris – se encontraran muy cerca de la extinción.
Se necesitaban medidas urgentes y reglas comunes. Y así, en 1992 – hace 25 años este próximo 21 de mayo – los líderes de la UE aprobaron la Directiva de Hábitat. Era una época en la que se construía una identidad europea y se apostaba por nuestro más valioso patrimonio, nuestro medio natural.
Al mismo tiempo, se creó un programa de financiación – EU LIFE – para apoyar proyectos que ayudan a proteger la naturaleza de Europa. Si bien se destinó presupuesto, que sigue existiendo aunque de forma insuficiente, fue un gran logro – el primer fondo de la Unión Europea dedicado al medio ambiente.
La Directiva Hábitat y el programa LIFE de la UE ayudaron a salvar la naturaleza de Europa. Muchos hábitats terrestres y marinos fueron restaurados en parte o casi completamente. Han salvado al lobo, al lince y a otras especies de su extinción. Se creó la red más grande del mundo de áreas protegidas: Red Natura 2000. A día de hoy, esta Red Natura 2000 cubre el 18% de la superficie terrestre de Europa y el 6% de la parte marina – una superficie más grande que cualquier estado de la UE.
Esta legislación revolucionaria a escala mundial, puesto que este esfuerzo de conservación continental es único en el mundo, aún protege la naturaleza en toda Europa y, por lo tanto, ayuda a combatir el cambio climático, proporciona beneficios para la salud y respalda miles de empleos.
Es importante celebrar este aniversario de las directivas este domingo, denominado «Día de la Red Natura 2000». Pero también debemos mirar a los próximos 25 años para ver cómo podemos seguir frenando la pérdida de biodiversidad en Europa y el mundo puesto que la Red Natura en muchos casos es sólo una red de espacio protegidos sobre el papel (VER INFORME DE WWF).
Es necesario un mayor esfuerzo para financiar nuestro patrimonio natural y la voluntad política para conseguir unos objetivos de conservación ambiciosos en estas áreas protegidas, adecuando a estos objetivos el resto de políticas con impactos sobre el medio: agricultura, infraestructuras, etc.
El pequeño programa LIFE representa sólo el 0,4% del presupuesto de la UE – 1 euro por ciudadano y año -, pero ha dado muchos resultados en una serie de temas. En el caso español, se ha conseguido multiplicar por cinco la población de linces hasta llegar a los casi 500, con la colaboración e implicación de los propietarios de las tierras y propiciando un desarrollo económico y un sentimiento de orgullo por la presencia de esta especie tan emblemática.
Cualquier inversor te dirá que cuando se consiguen buenos resultados, ese es el camino por donde se debe seguir. El programa LIFE no sólo ha producido grandes resultados, sino que tiene potencial para hacer mucho más. Los fondos actuales no son suficientes para hacer frente a los principales retos que se plantean para el medio ambiente.
La naturaleza en Europa pertenece a todos los europeos. Una y otra vez se ha demostrado que nos preocupamos profundamente de esta naturaleza compartida. En un momento en que se decide la dirección futura de Europa, recordemos lo que nos une. Construyamos nuestro futuro con éxitos la Directiva Hábitat y los fondos LIFE y juntos trabajemos para asegurar que se implementen y fortalezcan.