Para el Proyecto Gran Simio, estos hechos no deberían de haber pasado.
El continuo estrés a las que están sometidas diariamente con estrictos
sistemas de entrenamiento y espectáculos, hacen que por un lado se
vuelvan más agresivas y por el otro encerrar a estos colosos de los
mares en piscinas reducidas fuera de su hábitat, sin posibilidad de
largos desplazamientos y nadando en constante círculo en un medio
ajeno a su biología, hace que en algunos momentos no controlen bien
sus movimientos y se produzcan accidentes graves.
Esta Asociación ya ha realizado diversas denuncias a diferentes
delfinarios en España por creer que incumplen la Ley 31/03 de
Conservación de la Fauna Silvestre en los Parques Zoológicos, además
de un maltrato físico al no tener una alimentación adecuada a su
especie y psíquico por la cantidad de sesiones circenses que tienen
que realizar diariamente, sin contar con los duros entrenamientos para
hacer números impropios de la especie, rayando en ocasiones la
ridiculez y transmitiendo a los espectadores un falso comportamiento
de las orcas que en la naturaleza jamás realizarían.
?Pedimos a Loro Parque que cierre de forma definitiva el orcario , ya
que no es necesario tener en cautividad y en condiciones precarias a
estos colosos de los mares, el más grande de los delfínidos, viviendo
en auténticas bañeras. Antes de visitar un orcario para ver el
lamentable espectáculo, es necesario acordarnos de ?liberad a Willy?,
una película donde se muestra a una Orca llamada Keiko buscando la
libertad y al final, en la vida real , encuentra su única meta, la
muerte.?, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del
Proyecto Gran Simio.
Dentro de esta Asociación se ha creado Proyecto Cetáceo Libre que
busca el cierre definitivo de todos los delfinarios y orcarios en
España.
Según Pozas, sólo existe en Europa dos orcarios, uno en Francia
Merineland Antibes con cuatro orcas y otro en España, en Loro parque
(Tenerife), con otras cuatro orcas. El resto de los países europeos
han comprendido que este tipo de espectáculos con orcas, no es
educativo, tampoco responde a un proyecto de conservación por lo que
es meramente un negocio y un espectáculo degradante, en el que el
hombre se erige dominante o domador de un ser más poderoso en fuerza
que él, para demostrar la supremacía del ser humano.