En declaraciones a Europa Press, Colom explicó que están en el mismo espacio y se ven, aunque están separadas de forma que «no pueden tocarse». Pese a que su proceso de socialización «va bien», las juntarán meses después de garantizar que no se dará un rechazo entre ellas. «Debemos ser cautos», defendió.
Yoyo llegó en junio después de que en febrero de 2008 muriera una hembra a causa de una afección intestinal. Entidades proteccionistas han solicitado reiteradamente la puesta en libertad de ambas porque creen que no tienen espacio suficiente, y en diciembre criticaron que los responsables de la instalación habían serrado los colmillos de los paquidermos para evitar que se atacaran a través de la verja que las separa.
ECOticias.com – ep