Entre las actividades, limpiezas de residuos, interpretación del paisaje y análisis de las aguas, y muchos juegos infantiles. En seis de estos ríos, la jornada se ha enmarcado dentro del Programa de Voluntariado en Ríos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, en las cuencas intercomunitarias dependientes de dicho organismo.
Hace un siglo, los ciudadanos de toda Europa se refrescaban cada verano en las aguas de ríos y lagos. Hoy en día, más de la mitad han desaparecido por falta de caudal, o están tan contaminados que darse un chapuzón resulta un deporte de riesgo. Este año, cientos de personas eligieron uno de los 11 ríos repartidos por toda nuestra geografía para lanzarse al agua al grito de “¡Sigue la corriente al río!”, el lema de WWF en el Big Jump.
El grupo local de Alto Sil convocaba bien temprano a todos los participantes para una ruta de piragüismo en el río y una exhibición de pesca responsable. De igual forma, Asturias se sumaba al día de baño y de llamada a la conservación en el río Dobra. Córdoba, por su parte, se mojaba en el río, y por los ríos, en el arroyo Bejarano de Santa María de la Trassierra. Murcia también organizaba un descenso en canoa por el Río Segura, terminando con una limpieza de las orillas, justo antes del chapuzón. Asimismo, Sevilla preparaba una performance para los asistentes en las inmediaciones del Río Guadalquivir. El río Alberche, a su paso por Aldea del Fresno, en Madrid, y el Llobregat, en Sant Boi de LLobregat (Barcelona), fueron el escenario de las dos capitales para esta edición del Big Jump. Las Fuentes del río Algar, en Alicante, el río de Aguas Blancas, en el municipio de Tocón, provincia de Granada, el río Henares, en Guadalajara, o el río Tormes, en los alrededores de la localidad de Cabrerizos, en Salamanca, también resonaron con los chapoteos de niños y mayores. (Para más información sobre lugares, actividades y personas de contacto, pinche aquí).
El año 2015 es la fecha en que la Unión Europea obliga a recuperar el buen estado ecológico de todos los ríos europeos. Para entonces tendríamos que poder bañarnos en nuestros cauces como lo hacíamos hace cien años. Esta es la idea que inspiró a la European Rivers Network (ERN) cuando convocó en el año 2002 el primer Día Internacional del Baño en el Elba. En aquella ocasión se establecieron 55 lugares a lo largo de 1000 km de río, desde la República Checa hasta Hamburgo, y participaron más de 100.000 personas. Tras el gran éxito de convocatoria se ideó el BIG JUMP, un evento multitudinario anual que cada año concentra a cerca de un millón de personas en toda Europa.
¿POR QUÉ SE SUMA WWF AL BIG JUMP?
Ø Manantial de vida
WWF reclama salud para nuestros ríos porque nos beneficia a todos, proporcionándonos multitud de servicios que son imprescindibles para la vida.
En el fondo de los ríos habitan multitud de pequeños seres vivos que permiten oxigenar el agua y sirven como depuradora natural, alimentándose de parte de los deshechos que ciudades e industrias vierten al río.
Los bosques de ribera evitan los desbordamientos, gracias a sus raíces y permiten el paso de las especies migratorias. También trabajan como ‘filtros’ de los contaminantes que arrastran las aguas subterráneas.
Los ríos recargan de agua el subsuelo, lo que sirve de abastecimiento a la vegetación silvestre y a la agricultura, durante el verano o en tiempo de sequía.
Para las personas, los ríos poseen una gran importancia estética, cultural y de ocio: baños, deportes náuticos, observación de la naturaleza, pesca deportiva, senderismo… Además, forman parte de nuestras referencias geográficas, históricas y artísticas.
Ø Los ríos agonizan
Nuestros ríos y lagos tienen muchos problemas que impiden que disfrutemos de los beneficios que nos aportan. El Llobregat o el Guadalquivir son dos claros ejemplos de contaminación fluvial en los alrededores de grandes ciudades como Barcelona y Sevilla, privados de zonas de baño debido a unos altísimos niveles de polución. Otros ríos en los que se ha dado el ‘gran salto’ han sido el Segura, donde se acumulan aguas residuales urbanas y agrícolas, o en el Nervión, cuya saturación de vertidos industriales, en gran medida sin depurar, lo convierten en uno de los más contaminados del norte de España. Por otro lado, el nivel de contaminación que sufren los ríos en Madrid es tan elevado que se calcula que, aunque se instalen todas las depuradoras previstas y se optimice el rendimiento de las existentes, el nivel de toxicidad de amonio en el agua del río Jarama en su desembocadura sería 5 veces superior al que pueden soportar los peces para vivir.
La cantidad de personas que han saltado hoy a los ríos es un claro indicador de que algo está cambiando: los ciudadanos están listos para que la salud de los ríos sea un tema prioritario para la administración, incluso –o especialmente- en tiempos de crisis. Ha llegado el momento de que España deje de estar a la cola de Europa, donde se encuentran también países altamente industrializados, como Bélgica, Alemania o Reino Unido. Hay que invertir en depurar las aguas residuales de las localidades de más de 5.000 habitantes, un objetivo que Europa nos fijaba para 2005 y que aún no se ha podido alcanzar. Hay que asegurar unos caudales para nuestros ríos que aseguren su vida y sus funciones, eliminando captaciones ilegales, obstáculos innecesarios, y el abuso de las reservas de agua derivado de un crecimiento descontrolado y exagerado de las urbanizaciones o los cultivos de regadío.
El año 2010 es crucial para nuestros ríos, ya que han de presentarse a información pública en España los Planes Hidrológicos de Cuenca, encargados de asegurar el buen estado de nuestros ríos, lagos y acuíferos para 2015, tal y como marca la Directiva Marco de Agua. Para ello se deberán garantizar unos niveles de caudal suficientes – llamados ‘caudales ecológicos’ – para la vida de nuestros ríos, y establecer un mínimo de tramos protegidos mediante la figura de Reservas Naturales Fluviales. En definitiva, los planes deben plantear medidas para recuperar la salud de las aguas y de la vegetación que la rodea. WWF recuerda, en fin, que hay herramientas para mejorar nuestros ríos, y está en manos de la administración hacer el mejor uso posible de ellas.
WWF