Tras el incendio el equipo de investigación acudió al lugar del siniestro para comenzar el estudio del suelo y analizar el comportamiento de ambos tipos de piñas ante el fuego.
Gil confirmó que los pinos serótinos contribuyen a la renovación de los suelos debido a que, cuando las piñas se queman durante el incendio, se abren pasado un cierto tiempo y diseminan sus semillas, garantizando así que crezcan nuevas plantas.
El catedrático lo explica así: “en el caso del incendio de piñas serótinas, el fuego da lugar al inicio de la vida porque sueltan nuevas semillas. Si en Guadalajara sólo hubieran pinos normales, casi se hubiera perdido todo, porque esos no se abren sino que se queman totalmente, como el árbol». Los pinos serótinos, añade Gil, “están más acostumbrados a sufrir fuegos en sus copas y generan piñas cerradas. Cuando viene el incendio, abren sus piñas, caen los piñones y se garantiza la regeneración del suelo».