El pimiento pertenece a la especie de las solanáceas, pero su origen no está del todo claro. Algunos botánicos lo sitúan en México y otros en Brasil o Perú.
El sustrato sobre el que se asiente la planta del pimiento debe ser blando y hay que abonarlo en pequeñas dosis con un fertilizante a base de potasio. La multiplicación se realiza por semillas, preferiblemente al comienzo de la primavera.
Respecto a sus necesidades de agua, debemos aportarle riegos moderados, los suficientes como para mantener el sustrato fresco pero sin excesiva humedad. Lo más adecuado es situar la planta a pleno sol.
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