Una vez escogidos los ejemplares, habrá que seleccionar una jardinera con una profundidad mínima de unos 15 centímetros, aunque las de mayor profundidad permitirán que enraícen mejor. Resulta también importante que disponga de un receptáculo en la parte inferior o un plato que recoja el exceso de agua del drenaje y le ayude a mantener la humedad.
Deberá abonar sus ejemplares cada dos semanas con algún tipo de fertilizante específico y protegerlos de las heladas con algún plástico, acolchándolos con paja o algún elemento similar.
Por último, no hay que olvidar que los ejemplares pueden tener diferentes necesidades de riego e iluminación, por lo que es recomendable que en este sentido las plantas elegidas también tengan unas necesidades similares.
ECOticias.com – ep