“Las extensas zonas de vegetación nativa quemada generan graves impactos al medio ambiente, como la pérdida de suelos, contaminación atmosférica y del agua por arrastre de sedimentos, desaparición de flora y fauna y el deterioro de un paisaje que quizás nunca volveremos a ver”, destacó el experto.
En ese sentido, Donoso consideró oportuno el anuncio del Gobierno de aplicar «máxima urgencia” a una modificación a la Ley de Bosques que data de 1931, con el propósito de endurecer las sanciones para quienes provocan los incendios forestales.
“Es claro que desde el Ejecutivo se reconoce que la actual institucionalidad forestal debe mejorar su dotación de recursos humanos y materiales para enfrentar de este tipo de catástrofes”, dijo.
El timonel AIFBN también condenó la conducta negligente y en ocasiones intencional de las personas que causan este tipo de hechos. “Estas noticias ponen año a año en la boca de todos lo graves que son los incendios forestales y nos recuerdan, una vez más, que son causal histórica de la degradación del bosque nativo y a pesar de que CONAF impulsa campañas de educación para la comunidad”, manifestó.
“Los bosques nativos crecen y se desarrollan a una velocidad menor que las plantaciones exóticas, por lo que recuperar completamente una zona devastada tardará al menos varios decenios. A ello, se agrega la erosión del suelo que en invierno puede tener consecuencias altamente negativas”, agregó.
Finalmente, Donoso insistió en la urgente necesidad de modernizar la legislación e institucionalidad forestal. “Esperamos que después de disipado el humo de los incendios, haya un cambio efectivo para el siguiente período estival, y contemos con una legislación acorde a la importancia y nivel de desarrollo del país, así como un Servicio Forestal con los recursos humanos y materiales que permitan protegernos de los incendios forestales”, expresó.