Así, según estos datos, que van del 1 de enero al 31 de diciembre de 2011, este ejercicio se ha quemado un 25,78 por ciento menos que la media del decenio (113.847 hectáreas), aunque ha resultado afectado el 0,305 por ciento del territorio nacional, frente al 0,198 por ciento de 2010.
En total en el pasado año se han producido un total de 16.028 fuegos, de los que 10.655 fueron conatos (menos de 1 hectárea) y 5.373, incendios (más de una hectárea). De estos, se registraron 18 grandes fuegos (más de 500 hectáreas), un número que supera a los 11 de 2010, los 6 de 2008 o los 16 de 2001 y 2007. Sin embargo, el número de grandes incendios del pasado año pasado registró nueve menos que la media de la década pero siete más que en 2010.
Por tipo de vegetación, 61.646 hectáreas quemadas eran de superficie matorral y monte abierto; 4.480 hectáreas eran de pastos y dehesas, y 18.363 hectáreas eran de superficie arbolada.
Mientras, por ámbito geográfico, el 60,84 por ciento de los siniestros se produjo en las regiones del noroeste; el 25,63 por ciento en las comunidades interiores; el 12,92 por ciento en el Mediterráneo y el 0,61 de los fuegos se registró en Canarias.
En cuanto a la vegetación quemada, el 77,29 por ciento de la superficie forestal quedó arrasada en el noroeste; el 12,44 por ciento en las comunidades interiores; el 10,19 por ciento en el Mediterráneo y el 0,08 por ciento de la superficie forestal ardió en Canarias.
Respecto a la superficie arbolada, el 63,01 por ciento fue pasto de las llamas en el noroeste; seguida por el Mediterráneo, donde ardió el 22 por ciento. A esta le siguen las comunidades interiores, donde se quemó el 14,96 por ciento de la superficie arbolada y el 0,03, se quemó en Canarias.
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