Efectivos del Cuerpo de Agentes Rurales del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural interceptaron a finales de diciembre en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) a dos hombres que cazaban pájaros protegidos mediante trampas ilegales.
Los dos hombres fueron observados en unos campos del paraje conocido como camino viejo de Ripollet y sus movimientos levantaron las sospechas de los agentes rurales, que, tras comprobar la colocación de las trampas, iniciaron una persecución campos a través de los sospechosos y los interceptaron cuando éstos ya abandonaban la zona.
Se les intervinieron dos pájaros muertos de la especie petirrojo (Erithacus rubecula), un bote con gusanos de harina vivos y un total de 70 trampas.
Las trampas empleados eran cepas tipo ballesta, una especie de trampa en la que se coloca como cebo un gusano o un insecto vivo y que provoca la muerte inmediata del pájaro cuando este picotea el cebo. Este método se utiliza especialmente en invierno para aprovechar que los pájaros insectívoros tienen dificultades para encontrar alimento y su uso es constitutivo de delito, según el código penal, por ser un método de caza no selectivo que, además, provoca la muerte de especies protegidas. El destino de los pájaros capturados con este método siempre es el consumo humano.