El Día Mundial de las Ballenas 2025 se celebra cada tercer domingo de febrero, por tanto, toca conmemorar esta efeméride, hoy 16 de febrero, una fecha dedicada a concienciar sobre la importancia de estos majestuosos cetáceos y las amenazas que enfrentan en los océanos. Esta efeméride fue establecida en 1980 por Greg Kauffman, fundador de la Pacific Whale Foundation, con el objetivo de proteger a las ballenas jorobadas que migran cerca de la costa de Maui, Hawái.
Las ballenas desempeñan un papel crucial en la salud de los ecosistemas marinos. A través de sus migraciones y comportamientos alimenticios, contribuyen a la distribución de nutrientes en el océano, lo que favorece el crecimiento del fitoplancton, base de la cadena alimentaria marina. Además, sus cuerpos, al descomponerse tras su muerte, proporcionan hábitats y nutrientes esenciales para numerosas especies en las profundidades oceánicas.
Las ballenas son mamíferos marinos de enormes dimensiones. De hecho, la ballena azul es el ser vivo más grande que habita nuestro planeta en la actualidad. Estos animales son realmente formidables y la ciencia aún no ha logrado discernir completamente varias de sus características.
Lo que si ha podido demostrar es que tienen características únicas en el mundo animal, que la diferencia del resto. Y si bien se las está estudiando con ahínco, su forma de vida y complejas relaciones y hábitos hacen que esta tarea sea como poco complicada y formidable. Y tiene roles muy específicos en los ecosistemas que habitan, por eso es tan importante el Día Mundial de las Ballenas 2025.
¿Qué sabemos de estos gigantes acuáticos?
Son gigantes, pero se alimentan de presas diminutas. El Krill, copépodos, anchoas, arenques, sardinas, caballas, calamares, sepias. El menú de las ballenas se compone de presas muy pequeñas comparadas con su enorme tamaño. Generalmente, abran la boca y cogen una gran cantidad de agua de la que filtran el alimento.
La percepción y la comunicación de los diferentes sonidos están particularmente desarrolladas en los cetáceos. Según el momento, la especie e incluso el grupo al que pertenecen, las ballenas emiten sonidos de una asombrosa diversidad para comunicarse.
El papel de sus emisiones sonoras de las ballenas es algo a destacar en el Día Mundial de las Ballenas 2025, ya que puede tener varias funciones. Permiten la cohesión del grupo y la socialización de los individuos (relación madre-hijo, búsqueda de pareja, defensa de un territorio o afirmación de una jerarquía, etc.) y también servirían para buscar comida, cazar, identificar presas o peligros u orientarse.
Estos van desde vocalizaciones (sonidos que incluyen una o más frecuencias) hasta chasquidos (sonidos breves), pasando por aullidos, gruñidos, zumbidos, chirridos, gemidos, gritos y silbidos. Los expertos han logrado clasificar muchos de dichos sonidos, pero aún somos incapaces de comunicarnos con ellas.
Los sonidos que hacen las ballenas también son muy intensos. Es posible escuchar ballenas azules a más de 50 km de distancia. En cuanto a los cantos de las ballenas jorobadas, son tan fuertes que pueden hacer vibrar el casco de un barco cercano.
La respiración de los cetáceos no es un acto reflejo, sino un acto controlado que requiere una organización muy específica, especialmente a la hora de descansar. Por eso, cuando una ballena duerme, los dos hemisferios de su cerebro se turnan. Mientras una mitad se ‘desconecta’ y descansa, la otra se mantiene alerta y puede controlar la subida a la superficie para respirar.
Las ballenas también son auténticas campeonas de la apnea. De hecho, los zifios son capaces de permanecer debajo del agua hasta casi 2 horas. Y a diferencia de la mayoría de los mamíferos que solo logran renovar el 305 del aire de sus pulmones, las ballenas alcanzan hasta el 90% de renovación aérea. Como ejemplo, valga que, en cuatro segundos, un rorcual común intercambia 3.000 veces más aire que un humano.
Ballenas en peligro de extinción
Su gigantesco tamaño no las protege de las numerosas amenazas que pesan sobre ellas, algo que es vital tener en cuenta el Día Mundial de las Ballenas 2025. Las ballenas han sido durante mucho tiempo un importante recurso económico, lo que ha llevado a que sean cazadas con medios cada vez más considerables, llevando a determinadas especies al borde de la extinción.
Hoy en día, las poblaciones de ballenas azules luchan por aumentar, sobre todo porque su reproducción es extremadamente lenta. A ello se le suma la caza ilegal, el tráfico marítimo, la contaminación química y plástica y los impactos del calentamiento global, que son los principales factores que amenazan su supervivencia.