Los compromisos iniciales de inversión para el TFFF siglas en inglés del Fondo Bosques Tropicales para Siempre, recientemente lanzado por el presidente brasileño Lula da Silva, en el marco COP30 que comienza el lunes el Belém ya ha alcanzado los 5500 millones de dólares.
El fondo es un mecanismo para el financiamiento global que ha sido diseñado para recompensar a las naciones tropicales por mantener en pie sus bosques y que funcionará mediante pagos anuales que estarán directamente relacionados con el rendimiento de la conservación, que se verificará por satélite.
El TFFF fue lanzado por el presidente Lula el jueves 6 de noviembre de 2025 y respaldado por los líderes de los 53 países reunidos en la Cumbre de Líderes de la COP30, que se llevó a cabo como antesala de la cumbre del clima.
Conoce el TFFF: Fondo Bosques Tropicales para Siempre
El nuevo fondo para la protección de los bosques tropicales, lanzado por Brasil en la cumbre climática de la ONU (COP30), alcanzó promesas de inversión de 5.500 millones de dólares con anuncios realizados por Noruega y Francia este jueves.
Noruega anunció un aporte de 3.000 millones de dólares, el triple de lo aportado por Brasil cuando anunció la creación del fondo, mientras que Francia anunció, de forma «condicional» 500 millones, Indonesia reiteró su promesa de aportar 1.000 millones y Portugal sumó un millón.
Las promesas de inversiones de cerca de 5.500 millones de dólares suponen «la mitad» de la meta esperada para el primer año, según afirmó en una rueda de prensa la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva. Al fondo también se sumará Alemania, que anunciará el monto de sus recursos este viernes, cuando culmine la cumbre de jefes de Estado de la 30 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Brasil espera que en dos años se puedan recaudar 25.000 millones de dólares, que serán reinvertidos en el mercado financiero, con el objetivo de generar otros 100.000 millones, que servirán para pagar intereses a los inversores y sumar recursos para el fondo.
El Gobierno brasileño estima que cada país beneficiario podrá recibir hasta cuatro dólares por hectárea preservada de bosque.
Las proyecciones indican que el mecanismo debería generar 4.000 millones de dólares anuales para la conservación medioambiental, lo que representa casi el triple del volumen invertido a nivel mundial en la protección de los bosques tropicales.
En el primer día de la cumbre de jefes de Estado de la COP30, que se celebra en la ciudad amazónica de Belém, 53 naciones adhirieron a la iniciativa, incluidas México, Panamá, Perú y la Unión Europea. Entre los signatarios, figuran 34 países de las cuencas del Amazonas, Congo y Borneo-Mekong, que en conjunto albergan más del 90 % de la cobertura de bosques tropicales y subtropicales en los países en desarrollo.
«Las selvas valen más en pie que derribadas y deberían integrar el PIB de nuestros países”, afirmó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Al anunciar la inversión en el fondo, el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, destacó el papel de países como Brasil e Indonesia en la lucha contra el cambio climático y advirtió que los esfuerzos actuales no son suficientes para alcanzar la meta de detener la deforestación para 2030.
«Debemos hacer más juntos», dijo Jonas Gahr Støre, al anunciar la inversión de su país, la cual se hará efectiva en durante los próximos diez años.
El Fondo de Bosques Tropicales por Siempre (TFFF, en inglés) busca conservar más de 1.000 millones de hectáreas de selvas, mediante la inversión de hasta 125.000 millones de dólares. Los aportes al TFFF no son donaciones y generarán rendimientos financieros a los países que hagan contribuciones y los fondos se repartirán entre las naciones que preserven sus selvas. ¡
Las aportaciones iniciales al TFFF lanzado por Lula a las puertas de la COP30 a la que ya ha llegado Pedro Sánchez, provendrán de Brasil (mil millones), Portugal y Noruega (tres mil millones), además de Indonesia y Francia, cuyas contribuciones por ahora son condicionales
Los TFFF se han diseñado para que no sean fondos de ayuda tradicionales del tipo donación, sino que sean capaces de generar un flujo de ingresos a largo plazo que se repartirá entre los países que protegen sus bosques y de los que al menos una quinta parte será destinada a las comunidades locales y los pueblos indígenas. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE
















