El oso pardo cantábrico preocupa a los expertos que vigilan su recuperación, ya que gracias al cambio climático se prevé que los frutos secos que constituyen gran parte de su alimentación, como son el caso del roble, el haya y el avellano, mermen su producción.
A la disminución de estas especies atlánticas se le sumará el avance de otras que soportan mejor las temperaturas y a las que el calentamiento global permitirá ‘conquistar’ territorios que antes le estaban vedados, porque eran más fríos.
En riesgo la alimentación del oso pardo cantábrico
El cambio climático afectará a las especies productoras de frutos secos, claves en la alimentación del oso pardo cantábrico, según recoge un estudio en el que colabora la Universidad de Oviedo, que pronostica una disminución de especies atlánticas como el haya, el avellano y los robles atlánticos.
La investigación también advierte de una expansión de especies más termófilas capaces de soportar condiciones de temperatura relativamente altas y mediterráneas como el castaño, la encina y el alcornoque, informa la institución académica en una nota.
Una investigación analiza la disponibilidad futura en la Cordillera Cantábrica de especies forestales que producen frutos secos esenciales para los osos durante la etapa previa a la hibernación y alerta de posibles reducciones locales en la diversidad de estas fuentes de alimento.
Proyecto LIFE: Osos con Futuro
Hasta un 25 % del área actualmente ocupada por el oso pardo podría quedar sin acceso a especies productoras de frutos secos a finales de siglo y la proporción de áreas con al menos dos especies disponibles disminuirá progresivamente, según el análisis. Los autores señalan que la reducción del mosaico forestal podría aumentar la dependencia del oso de recursos menos estables y, en años de baja producción, intensificar la búsqueda de alimentos de origen humano.
El trabajo, en el que colaboran investigadores de la Universidad de Oviedo, la Universidad de Granada, la Universidad de Santiago de Compostela y el IMIB, ha sido publicado en ‘Frontiers in Forests and Global Change’, revista de alto impacto en su área del conocimiento.
La investigación, que se enmarca en el proyecto europeo LIFE ‘Osos con Futuro’, propone acciones concretas de manejo forestal para mitigar estos efectos, como la plantación de castañares en zonas estratégicas alejadas de núcleos habitados, la restauración de hábitats mixtos que combinen especies atlánticas y mediterráneas, y prácticas selvícolas que favorezcan la productividad de los rebollos.
Con el objetivo de paliar esta situación se han recomendado una serie de medidas que apuntan a la plantación de otras especies como el castaño, realizar acciones selvícolas que fomenten la producción de los rebollos y la restauración de hábitats del tipo mixto que sirvan al oso de refugio y alimento. EFE / ECOticias.com