Las setas y sus ‘charlas’ eléctricas tras la lluvia. Ciertos hongos juegan un papel crítico en el sustento ecológico de los árboles forestales. Los hongos ectomicorrízicos son un ejemplo de ello. Los hongos ectomicorrízicos, que se encuentran comúnmente en pinos, robles y abedules, forman una vaina alrededor del exterior de las raíces de los árboles. Y su cuerpo micelial se desarrolla en vastas redes subterráneas que absorben nutrientes vitales del suelo y los transfieren a los árboles.
Los científicos han estado estudiando la posibilidad de transferencia de señales eléctricas entre las setas y los árboles a través de las redes de micelio. Se cree que los hongos generan señales eléctricas en respuesta a estímulos externos. Y usan estas señales para comunicarse entre sí. Coordinando el crecimiento y otros comportamientos.
Incluso se ha planteado la hipótesis de que estas señales pueden usarse para ayudar a transferir nutrientes a plantas y árboles. Aun así, la evidencia científica actual sigue siendo escasa. Además, muchos estudios se han limitado al laboratorio, sin poder recrear lo que en realidad sucede en la naturaleza.
Después de la lluvia todo cambió
«Al principio, las setas exhibieron menos potencial eléctrico y lo achacamos a la falta de precipitaciones». Esto lo dice Yu Fukasawa de la Universidad de Tohoku. «Sin embargo, el potencial eléctrico comenzó a fluctuar después de la lluvia, a veces superando los 100 mV».
El investigador correlacionó esta fluctuación con la precipitación y la temperatura. Y el análisis de causalidad reveló que el potencial eléctrico posterior a la lluvia mostró un transporte de señales entre las setas. Este transporte fue particularmente fuerte entre hongos espacialmente cercanos y de direccionalidad demostrada. «Nuestros resultados confirman la necesidad de realizar más estudios sobre los potenciales eléctricos de los hongos en un contexto ecológico real», añade Fukasawa. Las setas y sus ‘charlas’ eléctricas tras la lluvia.
Datos del estudio
Yu Fukasawa de la Universidad de Tohoku dirigió el proyecto. Junto con Takayuki Takehi y Daisuke Akai del Instituto Nacional de Tecnología de Nagaoka. College y Masayuki Ushio del Centro Hakubi de la Universidad de Kyoto (actualmente en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong). Los detalles de su investigación se pueden encontrar en la publicación de Science Direct.