2 lobos ‘colgados del cuello’ en la ‘Senda del Arcediano’ en el concejo de Ponga (Asturias)

Publicado el: 20 de enero de 2025
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Lobos colgados senda arcediano ponga

El comité permanente del Convenio de Berna votó a favor de la propuesta de la UE que apostaba por rebajar el estatus de protección del lobo de «estrictamente protegido» a «protegido». El mismo entrará en vigor el 7 de marzo del corriente año: 2025 y permitirá volver a cazar y matar a esta especie amenazada en aquellos países miembros que se acojan a ella.

España no se verá afectada por dicha decisión del Consejo de Europa, que ha rebajado la protección del lobo en la Unión Europea, porque esta especie tiene su propia legislación en nuestro país y está incluida en el listado de especies con régimen de protección especial.



Basta de matar lobos en Asturias

Los ecologistas de Asturias han vuelto a denunciar ante la Fiscalía que alguien haya colgado 2 lobos muertos en el comienzo de la Senda del Arcediano en el concejo de Ponga, un nuevo delito contra una especie protegida, exigiendo que se persiga a los responsables y se acabe con la impunidad de estos delitos.

No es la primera vez de estas brutales acciones de violencia: cabezas de lobos en señales, plazas, piscinas y otros sitios públicos, matanzas ilegales, furtivismo, envenenamientos, prender fuego a coches de la guardería ambiental, coacción y violencia contra las viviendas, cabañas, coches, propiedades o directamente a las personas que defienden el derecho a la existencia de la fauna natural.



Actos de violencia que gozan de una alarmante impunidad, falta de persecución (nunca se localizan a los culpables) y hasta justificación por quienes ostentando cargos públicos deberían velar por el interés general nuestro y de la naturaleza y ser ejemplares en defender la imparcialidad y la legalidad.

Esto solo contribuye a avivar la llama de una violencia creciente que es enemigo absoluto del debate que debería caracterizar a una verdadera democracia y de la objetividad y fundamentación científica que debería ejemplarmente guiar el funcionamiento del gobierno y administración pública. El lobo es una especie en recuperación, estuvo a punto de extinguirse y aunque haya mejorado su estado o categoría de amenaza poblacional, sigue sin ser una especie no amenazada y requiere protección.

Todos los estudios científicos indican que matar individuos no reduce daños, sino que aumenta daños a continuación, salvo que se mate a un gran porcentaje de la población que ponga en riesgo la viabilidad poblacional de la especie. Todas las revisiones científicas, y así incorporan las guías de muchos países, señalan que para reducir daños lo que hay que hacer es aplicar medidas preventivas.

Lamentablemente, el gobierno asturiano insiste empecinadamente en la errónea estrategia de matar lobos y ningunea las medidas preventivas. Cuanto más tiempo se perpetúe una estrategia asturiana basada en matar lobos en lugar de medidas preventivas, más daños al ganado y mayor malestar social habrá, cuando es algo corregible. Si además se apoya o justifica a quien practica la violencia para imponer sus prejuicios, se pone en peligro la propia paz social.

Defender a los lobos es un imperativo ético

Exigen al gobierno y administración pública asturiana:

1) La reducción de los daños por lobos debe necesariamente fundamentarse como pilar principal en la adopción de medidas protectoras y preventivas de daños. Las personas y colectivos relacionados deben ayudar a promocionar y difundir esto, y el gobierno debe asumirlo e interiorizarlo como base fundamental de la gestión del lobo, promoviendo campañas informativas y ofreciendo asesoramiento científico-técnico y ayudas económicas adecuadas para fomentar su adopción.

2) El pago de daños debe ser rápido, ajustado a los precios reales, siempre fundamentado en la comprobación genética de la autoría del daño y condicionado a la adopción de medidas protectoras y preventivas de daños.

3) Si existieran, deben estudiarse con rigor científico-técnico aquellos casos en los que la adopción de medidas protectoras y preventivas de daños no demostrasen la eficacia esperable, para mejorar su diseño e implementación. Solo si existieran casos en que no fuera posible la adopción de medidas protectoras y preventivas eficaces, podría considerarse una medida justificable la extracción de lobos, siempre referidos a individuos concretos y nunca mediante el establecimiento de cupos.

4) Debe promoverse la creación, gestión y otorgamiento (basados en los criterios de transparencia y rigor científico-técnico) de «sellos de eco-coexistencia» a aquellas actividades que coexistan con el lobo apoyando los puntos anteriores y promocionen la coexistencia frente a la enemistad con el lobo.

5) Qué políticos, gobierno y administración pública dejen de avivar el relato de la confrontación y odio a la especie y de promover su desprotección, y en su lugar realicen una verdadera tarea didáctica y de responsabilidad pública que promueva una visión conciliadora con la fauna silvestre y de reapreaciación del valor de la naturaleza.