La muerte de un tercer lince ibérico en Castilla y León ha encendido de nuevo las alarmas en torno al proyecto de reintroducción de esta especie emblemática en la comarca del Cerrato.
Este nuevo fallecimiento de un lince, registrado en un corto periodo de tiempo desde las sueltas iniciales, incrementa la preocupación entre expertos, conservacionistas y administraciones, que observan con inquietud los riesgos a los que se enfrenta el programa en sus primeras fases.
La Junta de Castilla y León defiende su compromiso con la conservación del lince ibérico, pero reconoce la necesidad de analizar en profundidad lo ocurrido.
El lince ibérico es una de las especies más amenazadas de Europa y su recuperación en las últimas dos décadas ha sido uno de los mayores éxitos de conservación en España. Precisamente por ello, cada muerte tiene un fuerte impacto simbólico y científico. Según las primeras informaciones, las causas no naturales, como atropellos o factores humanos indirectos, vuelven a situarse en el centro del debate, evidenciando que el territorio aún no está plenamente preparado para acoger a una población estable de linces.
Muerte de lince ibérico en Castilla y León: tercer ejemplar perdido en el programa de reintroducción
La Junta de Castilla y León ha confirmado la muerte, al parecer por atropello, de un tercer lince de los siete liberados en la comarca del Cerrato palentino, dentro del plan de recuperación de esta especie en Castilla y León que se inició el pasado mes de febrero.
Se trata de Venadillo, el lince procedente de Castilla la Mancha que se liberó en el Cerrato el pasado mes de junio, en la primera traslocación de un ejemplar entre comunidades autónomas que se producía en España dentro del programa para recuperar la especie.
Además se trataba de un animal que no había sido criado en cautividad, sino que era un macho de un año nacido en libertad y criado por su madre en el municipio de Guadalmez, en Sierra Morena Occidental.
El animal ha sido encontrado muerto en la mañana del lunes 8 en la carretera P-405, entre las localidades de Villajimena y Astudillo, al parecer atropellado por un vehículo.
Tres linces muertos desde agosto: atropellos y ahogamientos ponen en alerta el proyecto
Se trata del tercer lince de este programa que ha sido hallado muerto, después de que el pasado mes de agosto otros dos ejemplares fueran encontrados muertos, uno ahogado en un canal y otro atropellado.
El 10 de agosto, agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, de la Guardia Civil y personal de la Confederación Hidrográfica del Duero recogieron en el Canal de Villalaco, a la altura de la localidad palentina de Venta de Baños, los restos de Vuelvepiedras, que fue el primer macho soltado, y que, como confirmó después la necropsia, había muerto ahogado en este canal de riego.
Además se trataba de un animal que no había sido criado en cautividad, sino que era un macho de un año nacido en libertad y criado por su madre en el municipio de Guadalmez, en Sierra Morena Occidental.
Una semana antes había muerto atropellado otro de los ejemplares del proyecto, la hembra bautizada como Vouga.
El consejero de Fomento y Medioambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, ha asegurado este martes que la Junta de Castilla y León va a compensar estos accidentes con nuevas introducciones, con el convencimiento de que con el tiempo la población de linces ibéricos se va a asentar en Castilla y León.
Riesgos habituales en los primeros años de los programas de recuperación de lince
«Sabíamos que había riesgos», ha reconocido el consejero poniendo de relevancia la importancia de un programa que ha permitido devolver el lince a Castilla y León después de 50 años sin la especie y que se está desarrollando siguiendo los patrones comunes de otras áreas de reintroducción, con pérdidas de ejemplares por mortalidad o dispersión que se suelen producir fundamentalmente en los primeros años del proyecto.
En este sentido, Suárez-Quiñones ha asegurado que la comarca palentina donde se ha apostado por reintroducir la especie es la más adecuada y por tanto se va a continuar con el programa.
«Vamos a seguir, creemos que el lince se va a asentar en Castilla y León y esos riesgos de muerte se compensarán con nuevas reintroducciones hasta que la población crie y se asiente en la Comunidad», ha reiterado.
La Junta de Castilla y León defiende su compromiso con la conservación del lince ibérico, pero reconoce la necesidad de analizar en profundidad lo ocurrido.
Este tercer fallecimiento no solo es una pérdida para la especie, sino también una llamada de atención: reintroducir fauna amenazada exige tiempo, recursos y una adaptación real del territorio. El futuro del lince en el Cerrato dependerá de que se aprendan rápidamente las lecciones que dejan estas muertes.













