Vuelan a diario por los cielos españoles pero la mayoría de las veces nadie repara en ellos. Los vencejos son pájaros habituales en el ecosistema de la península, además de ser una especie esencial y de estar protegida.
El problema es que con el calor asfixiante que se registra en muchos puntos del país puede ocurrir que algunas de estas aves caigan al suelo y necesiten ayuda. Con las altas temperaturas, muchos vencejos caen al suelo por deshidratación o agotamiento. Y no pueden levantar vuelo por sí mismos desde el suelo.
Es fundamental tener en cuenta que el vencejo es una especie protegida, de manera que no se debe mantener como mascota ni intervenir sin conocer cómo se debe actuar. Ante la duda es fundamental buscar ayuda especializada.
El trabajo de la Red de Vencejos de Toledo
La Red de Vencejos de Toledo lleva rescatadas más de 150 aves caídas de nidos en las últimas semanas por los efectos del calor de junio y busca más voluntarios para poder asumir el cuidado de esta especie. Una de las responsables de la red, la profesora de la facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de la Universidad de Castilla-La Mancha, Itziar Rodríguez, explica que el ritmo de rescates es «mucho más rápido» que otros años, ya que en la pasada temporada hubo un total de 270 ejemplares atendidos.
«Se necesitan voluntarios», reconoce Rodríguez, quien apunta a que debido a las altas temperaturas de junio, la red ha encontrado en las últimas semanas «muchísimos» ejemplares fallecidos, sobre todo de aves jóvenes que no están preparadas aún para soportar el calor.
Los vencejos hacen nidos en las oquedades de los edificios, que cuando las temperaturas son muy elevadas, no se refrescan, lo que provoca que entre el exceso de calor y la competencia entre hermanos, se produzcan «caídas masivas» de pollos.
Este ave migratoria pasa nueve meses del año en África, donde los ejemplares adultos se alimentan, duermen y se reproducen, y se trasladan a España y Europa del mes de abril hasta finales de agosto, donde se lleva a cabo la nidificación.
La responsable explica que si se ve a un vencejo caído hay que llamar al 112 y meterlo en una caja de cartón con agujeros, donde hay que hidratarle «poco a poco» en la comisura del pico, hasta que un agente medioambiental lo recoja.
La Red de Vencejos pide a los voluntarios mantener a las aves en sus casas para «no saturar» al centro de fauna, ya que la atención a esta especie requiere de tiempo. Rodríguez alerta de que la caída de vencejos se traduce en «un problema de pérdida de biodiversidad muy grave».
Instalación de cajas nido
En paralelo a esto, la Red de Vencejos ha instalado diez nuevas cajas nido en la capital castellanomachega, y que se ubican en el entorno del Miradero, señala otro de sus responsables, también docente en la facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de la UCLM, Ángel Velasco.
La Red ya ha colocado cajas nido en centros escolares y otros edificios como residencias universitarias o centros comerciales. Velasco señala que se colocan cajas en el entorno de Miradero porque, tras unas obras en la muralla de Gerardo Lobo, se taparon las oquedades donde los vencejos solían anidar, despareciendo el 70 % de ellos.
En cada caja puede anidar una pareja de ave, que pone tres huevos de media, por lo que de esta intervención podrían salir una treintena de nuevos vencejos. Velasco afirma que los vencejos son clave para el entorno porque sirven para el control de plagas de insectos y además, son un elemento más de la idiosincrasia y el paisaje toledano. Además del calor, esta especie se ve amenazada por la agricultura intensiva o el uso de plaguicidas. EFE / ECOticias.com