Como cada 7 de junio, hoy se celebra el “Día Mundial del Vencejo” iniciativa internacional que quiere llamar la atención sobre estas pequeñas aves insectívoras desconocidas para muchos y al mismo tiempo tan necesarias para mantener la salud y equilibrio de los ecosistemas.
En la Península ibérica tenemos 6 especies de vencejos, el común (Apus apus), pálido (Apus pallidus), real (Apus melba), cafre (Apus caffer) y moro (Apus affinis), de los cuales dos de ellos son los más comunes en nuestras ciudades: el pálido y el común.
Aun conviviendo entre nosotros durante su periodo cría, estos pequeños son completamente desconocidos y, sin embargo, tienen una vida fascinante, pues pasan toda su vida en vuelo (unos 10 meses volando sin parar) y solo se posan en el momento de la reproducción. Son aves migradoras y por ende pasan el invierno en África, volviendo cada año a nuestras ciudades en primavera, donde se quedan durante la época estival para criar.
Día Mundial del vencejo 2025
El 7 de junio se celebra el Día Mundial del Vencejo, pero ¿qué motivos hay para que estas aves tengan un día reservado para festejar su existencia? Quizá porque la curiosidad de que su vida sea un incesante aleteo, se alimentan, beben y duermen mientras vuelan; realmente solo renuncian al vuelo por la necesidad de una superficie en la que ubicar sus huevos.
Pero, además, hay que exigir en este día que se garantice el buen estado de conservación de sus poblaciones, para lo que es urgente que se apliquen medidas efectivas para frenar la destrucción de sus nidos y se fomenten lugares de nidificación.
En las últimas tres décadas el vencejo común ha perdido más de la mitad de su población en el Reino Unido, y en España la situación no es muy diferente, con casi un 40% de pérdida, según los últimos datos del Programa Sacre, cifras que la sitúan en la categoría de Vulnerable en el Libro Rojo de las Aves.
Proteger sus nidos y lugares de nidificación
Los vencejos necesitan de cavidades y huecos a buena altura del suelo en cuyo interior anidan, y a poder ser prefieren agruparse y formar colonias reproductoras con los nidos no muy separados entre sí. Hoy en día la mayoría de las colonias se encuentran en edificaciones, en las que nunca han faltado los diminutos huecos que estas aves necesitan.
La continua rehabilitación de edificios, y muy en especial el impulso que han tenido las orientadas a mejorar la eficiencia energética de viviendas, supone una continua e imparable sangría de enclaves de nidificación para la especie, que además es extraordinariamente fiel al lugar en el que ya crió con anterioridad, lo que provoca que muchas parejas no solo pierdan el nido, sino también la temporada de cría.
La ONG trabaja para conseguir que la rehabilitación y construcción de edificios en las ciudades sea compatible con la conservación de vencejos y otra fauna urbana, de forma sencilla y económica, y ofrece soluciones para arquitectos, promotores o particulares en la guía técnica Fauna silvestre y edificios.
El ’amor’ y admiración por los vencejos
“Tal vez porque su carácter migratorio marca de forma muy clara el devenir de las estaciones, y su alegre jirrido es para muchas personas uno de esos elementos intrínsecamente unidos a los días de verano”, explica Luis Martínez, técnico de la Unidad de Sociedad y Territorio de la ONG.
Otro motivo podría ser porque los vencejos son parte de un ejército de fauna silvestre que realiza la impagable labor de regular gracias a su dieta las poblaciones de ciertos insectos, y es que una pequeña colonia de cien parejas de vencejos puede consumir medio millón de insectos al día, y cada uno de ellos unos 20 gramos de insectos voladores diarios, más de 7 kilos al año.
Más cambio climático, menos fuentes de alimentos
El empleo masivo de pesticidas en los campos está provocando en grandes áreas un importante descenso en las poblaciones de insectos voladores, con pérdidas de entre el 50-75% de especies o biomasa en apenas tres décadas. “No cuesta imaginar el impacto que tiene sobre los vencejos este declive teniendo en cuenta que son su única fuente de alimento”, apunta Martínez.
Por otra parte, el calentamiento global tiene un efecto directo sobre los vencejos. Los insectos sufren de forma grave ante eventos de clima extremo, y en muchos casos se constata la reducción de este imprescindible recurso trófico de la mano de eventos de calor extremo.
Las crías de vencejo, encerradas en pequeños huecos sin apenas ventilación pueden quedar expuestas a temperaturas extremas, especialmente las de aquellas parejas que han perdido un “buen” lugar de cría y se han visto obligadas a desplazarse a enclaves que distan mucho de ser adecuados. En estas circunstancias es frecuente que las crías, aún incapaces de volar, salgan al exterior y caigan al vacío.
Actuar por y para los vencejos
La ONG trabaja en varios proyectos que tienen como objetivo incrementar la presencia de vencejos o dar a conocer su situación y actuar en diferentes municipios para que se recuperen sus poblaciones. Un ejemplo es el Proyecto Vencejos Medianeros del Colegio Esclavas SCJ de Jerez, que consiste en la observación y seguimiento de la colonia de vencejo pálido.
La organización colabora desde hace varios años en monitorizar y poner en público una cámara en directo que muestra 24h al día que muestra la cría de tres nidos en una antigua persiana del laboratorio del colegio.
Este proyecto es un buen ejemplo de que la convivencia con la fauna silvestre que utiliza los edificios como lugar de refugio y nidificación es posible y beneficiosa también para los seres humanos. Los beneficios de tener a estos animales cerca son múltiples, desde una mejora del bienestar, hasta un control de potenciales vectores de enfermedades como los mosquitos.
Otro ejemplo es el proyecto Pinto en Verde en el que participa la ONG para renaturalizar el municipio madrileño de Pinto que contempla la instalación de 40 nidales de vencejo en un edificio público que permita el asentamiento de una colonia de vencejos.
Orcasitas y los vencejos
Como en miles de lugares de la geografía, varios edificios del madrileño barrio de Orcasitas iban a acometer la renovación de sus cubiertas, ineficientes, en mal estado y compuestas por peligrosos asbestos. En este caso, acogían una importante colonia de vencejos, censada en más de 266 parejas antes de iniciar las obras.
Como muestra de las soluciones posibles en estos casos, en 2021 la ONG instaló un total de 295 nidos artificiales, con unos resultados de un mínimo de 156 parejas criando en su interior en 2024 (más las parejas que continúan criando en los edificios que todavía no se han remodelado).
Desde entonces se realiza el censo de la colonia, que este año se realiza hoy 7 de junio, con la colaboración de voluntarios y voluntarias para ver la evolución de esta población para evaluar el éxito de las cajas nido.
Vencejos en España
El vencejo común es, aunque parezca paradójico, la especie más abundante en España. La segunda especie más abundante, y, a veces, confundida con la anterior es el vencejo pálido.
Entre el vencejo común y el vencejo pálido completan entre casi cuatro y hasta seis millones de ejemplares. Mientras que el vencejo real cuenta con varias decenas de miles de ejemplares y el resto, el vencejo moro.
El vencejo cafre está mucho más localizado y cuenta con pocos cientos de parejas en la península ibérica. El vencejo unicolor, endémico de Macaronesia solo se encuentra en Canarias en nuestra geografía.