La recogida y posterior tratamiento de las basuras es uno de los problemas que más preocupa a las autoridades y los ciudadanos. Consumimos cada vez más y la cantidad de residuos sólidos urbanos (RSU) crece de forma imparable. Si en 1995, cada ciudadano español produjo una media de 378 kilos de residuos al año, en 2003 esa cantidad se elevó hasta los 502 kilos y en 2007 aumentó otro 17% hasta alcanzar los 588 kilos por ciudadano y año, superando así la media europea que se sitúa en torno a 522 kilos. Esta tendencia se debe en buena medida a la progresiva implantación comercial de los envases y embalajes de un sólo uso que suponen un 60% del volumen de la basura que generamos y un 33% de su peso. Según los expertos europeos, si no se pone freno a esta cultura de «usar y tirar» se podría llegar a 770 kilos de basura por habitante y año en 2020, lo que exigiría aumentar también el gasto público necesario para recoger, transportar y tratar los residuos públicos urbanos, que en la actualidad consume el 20% de los presupuestos municipales.
Para afrontar esta situación, las administraciones europea, estatal, autonómica y municipal han elaborado una larga serie de normas. La más importante es el Plan Integrado de Residuos Urbanos, que establece como objetivo el reciclado del 70% del vidrio, el 65% del papel-cartón y del 30% de los plásticos y otros envases. Sin embargo, a seis años vista del final de la aplicación de este plan, la situación está lejos de ser óptima. En las diez ciudades que facilitaron datos sobre reciclado de basuras a CONSUMER EROSKI (seis se negaron a hacerlo pese a la reiteración en la solicitud por parte de esta revista y dos sólo facilitaron datos sobre reciclado de materia orgánica), se recupera, de media, un 47% del vidrio, un 44% de papel-cartón, un 37% de pilas y un 18% de envases, aunque la situación varía mucho de una ciudad a otra. Pamplona es la capital que se encuentra más cerca de cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Residuos Urbanos, ya que recicla el 53% del vidrio, el 69% de papel y cartón y el 28% de los plásticos y otros envases que se tiran a la basura.
De media, las 18 ciudades estudiadas generaron el año pasado 1,32 kilos de residuos urbanos por habitante y día, lo que representa un 2% más que hace cuatro años. Alicante, Barcelona, Bilbao, Granada, Madrid, Vitoria y Zaragoza consiguieron producir menos basura por habitante que en 2004.
Éstas son las principales conclusiones a las que ha llegado CONSUMER EROSKI tras estudiar los sistemas de recogida y gestión de los residuos urbanos en 18 ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Granada, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza. La negativa de las Administraciones locales a proporcionar información fue más común de lo habitual. Seis ciudades afirmaron no disponer de datos suficientes sobre la cantidad de residuos que recuperaban, Barcelona y Córdoba sólo dieron datos de 2007, en Málaga y Murcia esta revista no pudo conseguir la información solicitada.
Se comprobó que la mayoría de las ciudades estudiadas cuentan con el número de contenedores de recogida selectiva mínimo exigido por el Plan Nacional Integrado de Residuos Urbanos: un recipiente de vidrio por cada 500 habitantes, uno de papel-cartón por cada 500 ciudadanos y uno de envases por cada 300 vecinos. Falló Barcelona, aunque sólo facilitó datos de 2007 por lo que no es posible saber si cumplía los requisitos el año pasado. Por su parte, Madrid, San Sebastián y Valencia rozaron o superaron por muy poco la ratio exigida.
Por otra parte, la tasa por recogida y tratamiento de basuras que deben pagar los ciudadanos se cobra de modo muy diferente en cada ciudad, lo que dificulta su comparación. En la mayoría se paga al año (en Sevilla y Granada es una vez al mes; en Bilbao es trimestral y en Logroño, semestral) y la cantidad varía en función de la categoría fiscal de la calle, el consumo de agua o tamaño de la vivienda. Así, mientras en Sevilla la cantidad mínima a abonar es de 24 euros anuales, en Madrid se pueden llegar a pagar 190 euros al año.