El sistema incluye un submarino con capacidad de cierre del flujo o conducirlo a través de tuberías flexibles para llevarlo a la superficie de los buques. A su vez, dispone de equipamiento para la inyección de dispersantes y buques de captura que proporcionan almacenaje y tratamiento en la superficie.
Patrocinado por ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips y Shell, el equipo está diseñado para satisfacer los requisitos del Gobierno y cuenta con la aprobación del Bureau of Ocean Energy Management, Regulation and Enforcement (BOEMRE). Las petroleras que no forman parte de la sociedad también pueden tener acceso a los equipos a través de un acuerdo de servicio y tarifa.
De momento, el sistema de contención es provisional hasta que esté perfeccionado en 2012. El proyecto nació tras el desastre ambiental del Golfo de México. Las empresas implicadas en su desarrollo crearon la organización sin ánimo de lucro Marine Well Containment Company, encargada final de operar y mantener el sistema. Para ello, las cuatro petroleras impulsoras hicieron una inversión inicial de mil millones de dólares.
La industria petrolera y gasista en el Golfo de México acapara el 30% de la producción del país y emplea a 170.000 personas.