Los niveles en la capital son ahora más altos de lo habitual en yodo y cesio, pero las autoridades tokiotas aseguran que «no son un problema en absoluto». En la cercana Saitama estos niveles son 40 veces superiores a los normales.
Las últimas informaciones apuntan a que los habitantes de la capital nipona hacen acopio de enseres e incluso huyen a otras zonas ante el incremento de la radiación. Las autoridades han emitido alertas en este sentido.
ECOticias.com – ep